
Un arquitecto británico proyecta piscinas flotantes en el río y una artista propone un baño anual multitudinario
25 jun 2015 . Actualizado a las 09:51 h.Los londinenses quieren bañarse en el río Támesis a su paso por la ciudad, práctica prohibida en la actualidad, y buscan las opciones de cambiar una legislación en favor del baño público. «A miles de personas les encantaría nadar en el centro de Londres», explica Caitlin Davies, que acaba de publicar un libro sobre la historia de la natación en el Támesis («Downstream»).
«La piscina flotante Thames Baths les daría esa oportunidad, así como el baño que propone Amy Sharrocks», explicó entusiasmada. Sharrocks es una artista londinense que trabaja desde hace más de una década en la relación entre las personas y el agua y pretende instaurar un chapuzón anual en el Támesis que reúna a un centenar de personas. «Solo estoy pidiendo que el tráfico marítimo pare un rato», explica. «La gente necesita tener una relación con el río. Otras ciudades en el mundo han logrado responder a este deseo de la gente».
Animada por los cientos de correos electrónicos de apoyo a su proyecto, Amy Sharrocks tiene esperanzas de reunir pronto los fondos necesarios para realizar un estudio de riesgos que se presentaría a la autoridad del puerto de Londres.
¿Suciedad?
Desde el 2012, los usuarios necesitan un permiso de este organismo para nadar en el río entre el puente Putney y la barrera del Támesis, un sistema de esclusas al este de Londres. El peligro viene más del tráfico de barcos y las fuertes mareas que de la suciedad del agua, que ya no está en el pésimo estado que llevó a declarar al río «biológicamente muerto». «Nuestra generación se ha criado con la idea de que era un agua tóxica. Nuestro proyecto está tratando de cambiar esa percepción», dijo Chris Romer-Lee, el arquitecto promotor de los Thames Baths. Su idea es crear piscinas flotantes en el Támesis que se alimentarían del agua filtrada del río y ha logrado despertar el entusiasmo de los londinenses.
«Cuando presentamos nuestro proyecto, muchas personas se pusieron contacto con nosotros para decirnos que era la idea más brillante del mundo»cuenta Romer-Lee. El proyecto dio un paso decisivo en mayo, al lograr reunir más de 125.000 libras (174.000 euros, casi 200.000 dólares) en pocos días. Con esta financiación inicial (el coste total se estima en 11 millones de euros), Chris Romer-Lee espera solicitar un permiso de construcción a finales de año.