La forense Nicole Angemi ha desatado la polémica por colgar de forma diaria imágenes explícitas de sus autopsias en Instagram, donde ya colecciona más de 400.000 seguidores
11 ago 2015 . Actualizado a las 15:53 h.Hace ya bastante tiempo que Nicole Angemi descubrió su pasión por todo lo relacionado con la muerte. Y por ello, esta forense ha decidido que la mejor manera de demostrar su amor hacia ese mundo es compartir en Instagram imágenes explicitas de sus autopsias. En su cuenta se puede encontrar desde fotografías de pies y brazos amputados, hasta instantáneas de sus hijos, que tiene tres, jugando dentro de un ataúd. En definitiva, el día a día de la que en EEUU es conocida como «La forense de Instagram».
«Me gusta tener mis codos en la sangre todos los días», declaraba Angemi en una entrevista concedida para NJ.com hace unos días. Su cuenta de Instagram es considerada por sus más acérrimos seguidores como una clase particular sobre diversas materias. Piernas gangrenadas, órganos necrosados, cerebros empequeñecidos por el alzheimer... nada se escapa al brazo delator de esta forense que ve en cualquier detalle una oportunidad de enseñanza para sus pupilos de la Red. A menudo acostumbra a titular sus fotos con un: «Mistery diagnosis», buscando de esta forma que alguno de sus adeptos más experimentados pueda acertar el diagnóstico oculto tras la imagen. No obstante, hay ocasiones en las que sus publicaciones no son tan sangrientas; tan solo se limita a ensalzar la belleza de distintas partes de cuerpos humanos que, como de costumbre, ya carecen de vida.
Pero Angemi se propuso ampliar su rango de acción y Youtube era el lugar idóneo para seguir ilustrando a los amantes de este mundo. La forense también ha utilizado esta plataforma para subir vídeos en los comparte sus impresiones sobre embarazos extrauterinos, muestra fetos humanos a modo de reliquia o exhibe ante la cámara sus modelos preferidos de cálculos biliares.
¿Pero es ético que una forense haga públicas fotos de fallecidos sin censura alguna? Sus críticos no han tardado en aparecer. Muchos compañeros de trabajo han decidido atacarla en la red, alegando que lo que Angemi hace no puede ser legal. A lo que ella responde en un vídeo publicado por Motherboard: «Mi intención solo es enseñarle a la gente, pero es delicado porque lo que quiero mostrar al mundo es la verdad sobre la vida, la muerte y las enfermedades. No siempre es agradable y a veces hay quien denuncia mis fotos».
Se desconoce el tiempo que permanecerá activa la cuenta de Angemi, quizás nunca se clausure. Pero lo que sí está claro es que la «forense de Instagram» vive por y para su trabajo; hasta el punto de llegar a convertirse en una pequeña obsesión. En su casa los muertos se mezclan con los vivos. Tal y como describe newjersey.com, su espacio más personal está decorado con piezas de taxidermia, una bandeja con dientes y un buen número de muestras humanas en frascos de diverso tamaño. «¿Si estoy obsesionada con la muerte? No lo sé, pero sí que puedo decirte que pienso en ella constantemente», sentencia Angemi.