Las firmas de consumo colaborativo acaparan la atención de los inversores

Colpisa

SOCIEDAD

PATRICK KOVARIK | AFP

BlaBlaCar entra en el club de los «unicornios tecnológicos», compañías valoradas por encima de los 882 millones de euros, como Uber o Airbnb

04 oct 2015 . Actualizado a las 18:20 h.

En el 2015, los unicornios tienen predilección por las personas, especialmente por los inversores. Y es que así se conocen a las empresas emergentes que logran superar la estratosférica valoración de los 882 millones de euros. El último ejemplar que opta a entrar en este prestigioso club es BlaBlaCar. La compañía, de origen francés, se encuentra en plena expansión y avanza a velocidad crucero por Europa. Esta plataforma para poner en contacto a conductor y personas que quieran compartir coche y los gastos de los viajes por carretera cuenta ya con presencia en 17 países. Bautizada por la prensa británica como el «Ryanair del asfalto», ha mantenido recientemente una serie de conversaciones para cerrar una ronda de financiación con fondos de capital riesgo 141 millones de euros. Una cifra que dejaría su valor cerca de los 1.058 millones, credencial más que de sobra para formalizar su ingreso en tan selecto grupo.

Aunque no han trascendido la identidad de los inversores -la empresa ha reconocido a diferentes medios que ha mantenido estos encuentros-, muchos especulan ya con la posibilidad de que se esté planteando cruzar el Atlántico debido al interés suscitado en Silicon Valley, donde lo consideran ya el «autostop del siglo XXI». No en vano el año pasado BlaBlaCar ya levantó 88 millones de financiación de reputadas firmas como Index Ventures y Accel, dos nombres muy reconocidos por su prestigio en la meca de la tecnología.

Cuando se confirme la operación será, según datos de Fortune, el número 140 de la lista de unicornios. Por delante, una amalgama de iniciativas de todo tipo -tecnológicamente hablando- que suponen un valor conjunto de 430.513 millones de euros. Unos guarismos superiores, por ejemplo, a la de todo un gigante como Google (398.930 millones) y tan solo un tercio por debajo de Apple (579.605 millones), según datos de la consultora CB Insights.

Pero, ¿por qué unicornios? El término lo acuñó en el 2003 Aileen Lee, que trabajaba para Cowboy Ventures para clasificar a esas emergentes tecnológicas que, sin dar el salto a Bolsa, habían conseguido valoraciones astronómicas. La elección de una criatura fantástica no tiene más misterio que el riesgo que puede conllevar invertir en estas compañías. Así, en este rebaño de compañías nos encontramos en lo más alto con Uber, una aplicación alternativa al tradicional taxi, que permite a particulares sacarse un extra fácilmente. Valorada en 44.992 millones de euros, muchos ya esperan que tarde o temprano se anime a dar el salto a Wall Street. Todo ello a pesar de lo cuestionado que se encuentra su modelo de negocio, prohibido en decenas de países, entre ellas España. En el caso de Barcelona, la compañía trata de reinventarse como servicio de comida a domicilio.

Siguiendo su rebufo, con 39.699 millones de euros, se encuentra Xiaomi, el fabricante chino de smartphones que ha puesto patas arriba el tradicional reparto de poder en el mundial de constructores móviles. Con cinco años de edad, la conocida como «Apple de ojos rasgados» se encuentra en el top 5 mundial de ventas de dispositivos.

Por detrás encontramos otras empresas como Airbnb (21.172 millones), plataforma dedicada al alquiler de pisos y habitaciones vacacionales; Snapchat (13.233), una aplicación móvil dedicada al envío de fotos y vídeos, los cuales desaparecen del dispositivo del destinatario entre uno y diez segundos después de haberlos recibido; Spotify (7.410), Pinterest (9.704) o Dropbox (8.822), entre muchas otras. En los próximos años no son pocos los que anticipan que seguirán apareciendo más y más casos. No solo por la pujanza del gremio digital, sino porque la inestabilidad económica en lugares como China puede empujar capitales lejos del parqué.

Ninguna en España

¿Y en España? Según el censo planetario de unicornios, no hay ninguno que sea de origen ibérico. Firmas como Softonics o Privaría son algunas de las que en su momento parecían candidatas a ingresar. El único caso dado en nuestro país resultó ser un falso positivo. Gowex, la empresa que ofrecía Wifi en puntos y edificios públicos, llegó a estar valorada por encima de los 1.411 millones, pero en este caso su atractivo cuerno resultó ser de cartón piedra tras reconocer su fundador que había falseado durante durante años las cuentas de la compañía.