El programa Aleida apoya a escolares gallegos en riesgo de exclusión social
26 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El fracaso escolar rara vez es un problema estrictamente educativo, sino que influyen factores como la falta de recursos económicos o dificultades en el seno familiar. Para que esta lacra que afecta gravemente a los jóvenes españoles remita, el Instituto Galego de Xestión para o Tercer Sector (Igaxes3) ha incorporado en varios centros de Santiago y Ames el programa Aleida, que consiste en una intervención transversal que pasa del aula a la familia, con el objetivo de prevenir la exclusión social de los jóvenes. Para su desarrollo cuenta con la colaboración anual de Obra Social «la Caixa».
«Funcionamos a través de talleres de resolución de conflictos y del fomento de la interculturalidad. Los centros solicitan nuestros servicios y, coordinados con los orientadores, les ofrecemos ayuda a través de nuestros profesionales», comenta Luis Barreiro, presidente de Igaxes3. El primer paso es un contacto con todos los alumnos del aula; a partir de esta toma de contacto los trabajadores sociales detectan los casos más proclives a la conflictividad social, y es ahí el momento en el que se inician las tutorías individualizadas. «Al trabajar en estas sesiones nos empezamos a dar cuenta de que es necesario contar con las familias de los chavales», apunta Barreiro. Y es que, según el presidente de la entidad, cómo actúe un chico en el aula es el reflejo de lo que se vive en casa. Sin embargo, una situación que ha llamado gratamente la atención de los trabajadores de Aleida es que por regla general, «cuando acudimos a las familias, estas tienen muchas ganas de ayudar».
Este proyecto media para resolver conflictos y mejorar la convivencia, tanto en horario lectivo en todos los cursos de ESO y bachillerato como fuera del aula en el centro de día que tiene la entidad en Santiago. En la que denominan «escola de vida», trabajan las habilidades sociales y simulan un ambiente real de trabajo para que estos jóvenes tomen conciencia de la realidad y opten por continuar con sus estudios.
«Sienten que ya no hay nada que hacer con ellos y es una idea errónea»
Parte del éxito del programa Aleida reside en que los profesionales son figuras ajenas al centro educativo. Esto es lo que asegura Luis Barreiro, presidente del Instituto Galego de Xestión para o Tercer Sector, que coordina el proyecto. «Cuando quien les da una charla, aunque sea su tutor, al mismo tiempo es el profesor de Matemáticas con el que suspenden, esto les genera automáticamente rechazo y el objetivo pierde eficacia». Muchos de los jóvenes con los que trata Aleida tienen problemas conductuales, y han generado una enemistad con el centro, «así que en muchos institutos expulsan a estos alumnos del centro por su mal comportamiento en clase, con lo que se refuerza la actitud de odio por parte del menor», comenta Barreiro.
Desde que comenzaran su andadura hace algo más de un año, en Aleida dedican sus esfuerzos a evitar los pensamiento negativos que rodean a estos jóvenes: «La mayoría parten de la idea de que no hay nada que hacer con ellos, pero hemos comprobado que dedicándoles horas este pensamiento se revierte». Dentro del conjunto de actividades, uno de los últimos talleres que han involucrado son los relacionados con la sexualidad: «Trabajamos relacionándolo con la afectividad, que no vean solo la parte genital».