
Califican de «embudo» el último tramo de la ruta jacobea durante cinco meses al año
19 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La petición de incrementar de 100 a 300 kilómetros la distancia mínima para lograr la compostela ha sido acogida de manera desigual por hosteleros y asociaciones que tienen sus negocios en el entorno de Sarria, localidad de la que parten más de la cuarta parte de los peregrinos que llegan a Santiago por cualquier camino y que se encuentra a 111 kilómetros de Compostela.
José Mejías tiene un albergue en Vigo de Sarria y es el director de la Red de Albergues del Camino, que reúne a 80 albergues entre los que están la mayoría de los históricos del Camiño Francés. «La propuesta es positiva y seguro que mejorará las cosas para peregrinos y albergues al evitar que se forme el embudo de los últimos 100 kilómetros, sobre todo en temporada estival».
Lo que ya no considera inamovible es que la distancia fijada sean 300 kilómetros. «Supongo que se puso pensando en que a esa distancia está una ciudad importante como León, que ofrece todos los servicios y que por lo tanto sería un buen punto de partida, pero considero que podrían estudiarse otras opciones», manifestó José Mejías.
Pedro Quintana es uno de los hospitaleros de referencia en el camino con un establecimiento en Barbadelo, entre Sarria y Portomarín, y acaba de ser elegido recientemente presidente de la Asociación Galega de Albergues Privados (Agalber), que reúne a más de una treintena de establecimientos. «El Camino tiene que ser libre y que cada uno lo haga como le parezca, en lugar de convertirse en una competición por lograr la compostela llegando cuanto antes a Santiago como sucede en la actualidad. La gente necesita tener libertad y para ello es importante poner los medios para acabar con la masificación, y por tanto es bueno analizar si sería positivo o no aumentar los kilómetros para lograr la compostela».
Lo más relevante para Pedro Quintana no es entrar en debates sobre distancias mínimas para obtener un reconocimiento al final de la ruta y aboga por buscar medidas para evitar el embudo de los últimos kilómetros. «Lo ideal sería que no hubiera un abarrote total en verano y muy poca gente en otras épocas y conseguir que los peregrinos conocieran otros puntos de Galicia cercanos a la ruta, pero entiendo que no es algo sencillo de lograr».
Jorge López preside la Asociación de Amigos do Camiño de Santiago na Comarca de Sarria y es un férreo defensor de aumentar la distancia a 300 kilómetros. «Está demostrado que los últimos 100 kilómetros son un embudo durante casi 5 meses y peregrinos y negocios resultarían beneficiados si se amplía la distancia para obtener la compostela a 300 kilómetros».
Este apasionado del camino ofrece un dato que para él es muy elocuente. «El pasado año pernoctaron en Portomarín alrededor de 15.000 peregrinos más que en Sarria, lo que confirma la masificación del último tramo de la ruta. Además, no hay ningún dato histórico que ampare dar la Compostela por cubrir 100 kilómetros», concluyó Jorge López.
Santiago abre una nueva oficina para sellar las compostelas
La oficina de acogida al peregrino de Santiago, en la que se sellan las compostelas a aquellos que completan el Camino, se ha trasladado a su nueva sede del antiguo asilo de la calle Carretas, a escasos metros de la catedral. La anterior ubicación de este servicio estaba en la Casa del Deán de la Rúa do Vilar.
Las nuevas instalaciones estarán un tiempo funcionando de manera provisional aprovechando que estos son los meses de menor afluencia de peregrinos. Así, hasta Semana Santa se trabajará solo en la planta baja del edificio y con el acceso por la calle Domingo García Sabell. Esta nueva oficina para los peregrinos es fruto de la rehabilitación del antiguo asilo de Carretas, propiedad del Arzobispado, una obra que ha sido financiada por la Axencia Galega de Turismo.