Francisco sacude a las élites de México con su discurso contra la desigualdad
SOCIEDAD
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Ante el presidente Peña Nieto, el papa atacó a la corrupción y el individualismo de México y criticó los problemas que asolan el país como el tráfico de drogas y la exclusión
15 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Juan Pablo II tenía una relación especial con México, país que visitó en cinco ocasiones. Era «el papa mexicano» y así se lo sigue llamando con frecuencia, pero su mensaje era mucho más pastoral y menos conocedor de la realidad latinoamericana, como ocurrió también con Benedicto XVI. Francisco sabe bien cuáles son los males de la región más desigual del mundo. Y ha ido de frente contra varios de los problemas más graves de México: inequidad, privilegios para unos pocos, corrupción, violencia, un cuerpo episcopal enredado en «habladurías e intrigas, en los vanos proyectos de carrera», como dijo en la catedral de Ciudad de México.
Al inicio de su visita, cumplió con todo lo que se esperaba de él en un país donde, muchas veces, la televisión convierte a la fe en un espectáculo. Presenció un espectáculo folclórico de bienvenida, posó con sombrero mexicano, saludó en el papamóvil a la gente que iluminaba su paso con la luz de linternas y teléfonos.
Pero hizo mucho más. Se puso frente a los poderosos y les dijo lo que pocas veces escuchan en México los que manejan los destinos de una nación con 55 millones de pobres sobre una población de 120 millones de habitantes. Criticó, con un tono diplomático, a la elite política y económica. Atacó la corrupción y el individualismo. Ante el presidente, Enrique Peña Nieto, nombró por su nombre los problemas de México, desde el tráfico de drogas hasta la exclusión.
«Una sociedad para pocos»
La corrupción es un problema que está ligado a los sufrimientos del país. Alcaldes vinculados al tráfico de drogas, policías que secuestran jóvenes y los entregan a grupos criminales. La economía mexicana ha crecido en los últimos años, pero mucho menos de lo que haría falta para el desarrollo y con una distribución inequitativa.
Ayer, en el área campestre del centro estudios de Ecatepec, donde se concentraron cerca 300.000 personas para escuchar al pontífice, volvió a denunciar cómo el comportamiento del hombre crea «una sociedad de pocos y para pocos».
A partir de hoy, el papa Francisco se adentrará en el corazón profundo de México: Chiapas, este lunes, con una misa para los indígenas y un almuerzo con ocho de ellos. Después, Michoacán, zona de cárteles, y Chihuahua, en la frontera con Estados Unidos.