La herramienta desarrollada por una investigadora gallega permitirá evaluar las terapias anticáncer
05 jul 2016 . Actualizado a las 06:52 h.Un tumor no es plano, ni las células cancerígenas viven solas. Forma una masa que convive con otro tipo de células, como las endoteliales, fibroblastos o las del sistema inmune. Y de esta relación de vecindad entre diversos actores, que en algunos casos son declarados enemigos, depende en buena parte la evolución y la agresividad del tumor.
Pero este microambiente no ha sido aún explorado en profundidad, lo que constituye un reto para la investigación. Falta, para empezar, el desarrollo de modelos que representen con fiabilidad este particular hábitat y que permitan analizar el comportamiento y la comunicación que mantienen entre sí las células benignas y malignas. El primer paso para conseguirlo lo acaba de ofrecer la investigadora Marta Alonso Nocelo en una tesis doctoral con mención internacional dirigida por Rafael López y María de la Fuente, del grupo de Oncología Médica Traslacional del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS) y por David J. Mooney, de la Universidad de Harvard.
Alonso desarrolló diferentes modelos tridimensionales que contienen células de adenocarninoma pulmonar y células del sistema inmune, como linfocitos o macrófagos, lo que permite estudiar las masas tumorales tal y como son. Esta representación en 3D simula la complejidad de los tumores de forma fisiológica y reproducible, lo que ha resultado ser útil como herramienta para el diseño y evaluación de nanoterapias capaces de reconocer selectivamente a la población tumoral.
En el trabajo también se han establecido las bases para determinar cómo las células tumorales e inmunes se relacionan entre sí y cuáles son los factores que conducen a que las primeras comiencen su proceso de invasión y diseminación. Teóricamente las células inmunitarias deberían atacar a las malignas, pero ocurre que estas envían señales para reclutarlas, alterando su funcionamiento de modo que, en vez de luchar contra ellas, favorecen su crecimiento, invasión y formación de metástasis.
La metodología, probada en principio en cultivos celulares y que ahora se ensayará en biopsias de pacientes, podrá emplearse para evaluar la eficacia de las terapias antitumorales y para testar la eficacia de los nuevos fármacos contra el cáncer.
«Con estos modelos podemos estudiar cuáles son los principales actores en el desarrollo de un tumor, y podemos observarlos en un ambiente más realista, ya que las técnicas convencionales no tienen en cuenta las células del sistema inmune ni el hecho de que, en realidad, las células tumorales crezcan en un microambiente tridimensional», explica Marta Alonso.