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El torero Juan José Padilla rozó la tragedia en la misma plaza donde perdió un ojo

Efe

SOCIEDAD

El diestro recibió el impacto de un pitón en la misma zona donde resultó gravemente herido hace 5 años

15 oct 2016 . Actualizado a las 22:08 h.

La emoción del buen toreo de Alejandro Talavante y Morante de la Puebla, que se repartieron tres orejas, disipó la sombra de la posible tragedia con que se abrió la corrida en Zaragoza con el impactante percance, finalmente sin graves consecuencias, sufrido por Juan José Padilla, que también acabó triunfando. El torero que perdió un ojo en la misma plaza aragonesa volvió a sufrir un percance en la cara, aunque finalmente no resultó herido y pudo completar su faena a dos toros más.

Con la plaza a rebosar de un público expectante y antes de que saliera al ruedo el primer toro, Juan José Padilla usó los micrófonos de la televisión para, como hiciera Cayetano días atrás, dedicar su aliento al famoso niño Adrián, enfermo de cáncer, y de paso retar a los antitaurinos. Y, también como su compañero hace unas jornadas, tras el brindis se fue directamente a recibir de rodillas al de Núñez del Cuvillo a la misma puerta de los chiqueros.

Parecía que la arriesgada larga cambiada a portagayola se resolvía con éxito cuando, en el último instante, el animal levantó la cabeza y golpeó conla punta del pitón sobre la parte izquierda del rostro de Padilla. Sí, exactamente a la altura del parche que oculta los destrozos que le causó al torero aquella otra cornada de hace cinco años en esta misma plaza.

Público y toreros, conscientes de la escalofriante coincidencia, observaban impactados cómo Padilla intentaba recuperarse junto al burladero, sin que se conociera la gravedad del percance hasta que el jerezano se dejó llevar en volandas a la enfermería. Morante de la Puebla tomó las riendas y se encargó de la lidia de ese primer toro. Dio tiempo entre tanto a que los ánimos se calmaran, mientras de la enfermería llegaban noticias tranquilizadoras. Al final, Padilla saldría a matar a su segundo en el último lugar de la corrida.