La generación de la diáspora: Cinco ingenieros de telecomunicaciones gallegos que ejemplifican la fuga de talento

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Cinco ingenieros de telecomunicaciones que ejemplifican la fuga de talento

04 dic 2016 . Actualizado a las 09:08 h.

Son, en cierto modo, unos privilegiados. Nada más leer su tesis doctoral empezaron a trabajar en empresas y centros líderes en su campo. En Google, en Huawei, en Qualcomm; en Imagination Technologies, especializada en hardware, o en la universidad noruega de Agder. Los cinco salieron de la última promoción del Grupo de Procesado de Señal en Comunicaciones de la Escuela de Telecomunicaciones de Vigo, pero ninguno se pudo quedar en Galicia o en España. Es la contrapartida a su éxito. Los cinco son un ejemplo de la fuga de talento formado en Galicia, el de jóvenes brillantes a los que no puede acoger ni el sistema universitario ni el entramado empresarial del país, incapaz de satisfacer sus aspiraciones. Es la pescadilla que se muerde la cola: no pueden quedarse porque no hay firmas tecnológicas lo suficientemente punteras, y no las hay porque tampoco se apuesta lo suficiente para retenerlos, por apoyar decididamente la I+D+i y generar el caldo de cultivo necesario para crearlas. Es su reflexión y la del director del grupo en el que se formaron, el catedrático Fernando Pérez González. 

Juan Antono Elices es ingeniero de seguridad. Empresa, Google. Destino, EE.  UU. Hizo el doctorado en Nuevo México (EE.UU) con la beca Príncipe de Asturias, dirigida por Fernando Pérez. 

«El problema es que la mayor parte del talento vive del dinero público». Juan Antonio Elices hizo el doctorado en Nuevo México (Estados Unidos) bajo la dirección de Fernando Pérez. Y allí se quedó. «Tras un par de meses buscando la mejor oferta posible decidí incorporarme a Google como Sofware Engineer in Security, porque mi tesis había estado centrada en el ámbito de la seguridad de redes». Su misión consiste en proteger a los usuarios de ataques de pishing, malware o de sofware malintencionado. Para él salir de España fue una «opción deseada» para cumplir con sus metas y no se plantea regresar en un futuro cercano. «En mi opinión -asegura-, el problema e España es que la mayor parte del talento investigador vive del dinero público. Hay muy poco incentivo a la investigación o innovación por parte del sector privado». 

Daniel Romero. Empresa, Universidad de Agder. Destino, Noruega. Tras doctorarse en Vigo empezó a trabajar en la Universidad de Minessota y de ahí pasó a la de Agder, en Noruega.

«O país debería desenvolver a capacidade de converter os resultados de investigación en riqueza económica». Daniel Romero salió de Vigo a la Universidad de Minessota y ahora trabaja en la de Adger (Noruega), donde compagina la docencia con proyectos de investigación. «Atopar traballo de enxeñeiro de comunicacións en Galicia -dice- non é difícil, pero traballos en que se leve a cabo algún tipo de investigación non son tan abundantes. E traballos estables de investigación e docencia son altamente escasos». A su juicio, «o país debería desenvolver a capacidade de converter os resultados de investigación en riqueza económica». Entiende que la mayoría de las empresas no extraen beneficios de la investigación porque se limitan a aplicar los resultados de lo que se hace en el extranjero». «É importante apreciar -añade- que por renunciar ao sector da investigación a nosa economía incorre nun custe de oportunidade astronómico». Piensa así que España pierde el verdadero valor añadido, que es el que se deriva «do proceso de deseño e investigación». Cree que el país no se puede permitir la fuga de talento. 

Jesús Arnau. Empresa, Huawei.  Destino, Francia.  Presentó su candidatura después de acabar la tesis y al mes ya estaba trabajando.

«No me consta que en España hubiera puestos similares al mío». Poco después de defender su tesis Jesús Arnau se enteró de que Huawei acababa de abrir en París un centro de investigación en matemáticas aplicadas a las telecomunicaciones. Buscaban reclutar doctores en dominios relacionados y no se lo pensó dos veces. Presentó su candidatura y «un mes después ya estaba trabajando con ellos». Parte de su trabajo consiste en aplicar sus conocimientos para mejorar los productos que la empresa ya tiene y, otra parte, en proponer ideas para futuros sistemas de comunicación inalámbricos. Reconoce que, en su caso, no llegó a buscar un trabajo en España. «Pero no me consta -dice- que hubiera puestos similares, ni en cuanto a temática ni en cuanto a retribución». De regresar a España lo haría en la industria con un cometido parecido. «Pero eso -advierte- parece francamente complicado a día de hoy». No sabe si regresará. 

Gabriel Domínguez. Empresa, Imagination Technologies. Destino, Reino UnidoTras realizar la tesis en Vigo encontró trabajo en Inglaterra.  

«As posibilidades de progresar eran maiores fóra». Domínguez tenía claro que «as posibilidades de progresar na miña carreira eran maiores fóra». A la hora de encontrar un destino contó con el apoyo de su grupo de tesis, «que ten unha clara vocación internacional». Y su oportunidad le apareció en Londres, en Imagination Techologies Ltd, que vende propiedad intelectual a otras empresas, sobre todo hardware. Trabajan para Apple, Samsung o Intel. «Dado que a miña empresa vende ideas -dice- debemos estar por diante do que acontece estar atentos as tendencias tecnolóxicas». Salió de Galicia para satisfacer sus metas, pero espera volver. «A xente con estudos de doutoramento formada en Galicia son un agasallo para outras economías. Non hai que esquecer que nos formamos con fondos públicos, pagados por todos, pero no momento en que tiñamos que comezar a producir produtos de alto valor engadido vamos a outros países e os producimos cunha inversión ridícula para eles», lamenta. 

Alberto Rico. Empresa, Qualcomm. Destino, EE. UU. Tras doctorarse en Vigo hizo una estancia de nueve meses en la Universidad de Austin, y de allí lo ficharon en Qualcomm.

«Si España invirtiese en I+D se conseguiría atraer talento local y extranjero». Rico trabaja en la multinacional de telecomunicaciones Qualcomm, en San Diego (California), donde se dedica al diseño de nuevos sistemas de comunicaciones inalámbricas y a comunicaciones celulares para el Internet de las cosas. «Si quieres lograr un puesto en el que se requiera una alta especialización -admite- es mucho más sencillo probar fuera» A su juicio, «el problema principal no es la fuga de talento de por sí, sino la falta de puestos de trabajo que requieran una cierta especialización. Si en España o Galicia hubiese una fuerte inversión en I+D se atraería talento local y extranjero, lo que ayudaría al retorno».