La Atapuerca de Galicia, Cova Eirós, será un bien cultural

Francisco Albo
Francisco albo MONFORTE / LA VOZ

SOCIEDAD

ROI FERNANDEZ

La Consellería de Cultura resalta el excepcional valor arqueológico del yacimiento paleolítico de Triacastela

03 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Consellería de Cultura inició el procedimiento para declarar bien de interés cultural (BIC) el yacimiento paleolítico de Cova Eirós, en el municipio de Triacastela. La resolución publicada con tal motivo en el Diario Oficial de Galicia resalta la singular importancia arqueológica de este enclave, en el que se encuentran las únicas muestras de arte rupestre del Paleolítico descubiertas hasta ahora en Galicia. Consisten en un conjunto de grabados y pinturas, a algunas de las cuales se asignó recientemente una antigüedad mínima de 9.000 años mediante una datación realizada con el método del carbono 14.

La decisión de Cultura también ha tenido en cuenta la presencia en esta cueva de numerosos e importantes rastros materiales de diversas épocas de la prehistoria remota. Entre ellos destaca el yacimiento neandertal más importante del noroeste ibérico, en el que se recuperaron miles de muestras de industrias líticas. Las últimas dataciones radiométricas indican que la ocupación neandertal más reciente en la gruta puede tener menos de 40.000 años, lo que la sitúa en la época previa a la extinción de esta especie y a su sustitución por el Homo sapiens moderno.

En el yacimiento también se han localizado los primeros vestigios gallegos de la cultura auriñaciense, que fue desarrollada por los Homo sapiens en Europa occidental hace entre 40.000 y 36.000 años. El hecho de que la cueva contenga rastros de la época de transición entre las dos especies es considerado de especial valor por los arqueólogos. En Cova Eirós, además, aparecieron las primeras muestras conocidas en Galicia de la cultura gravetiense, que sucedió a la auriñaciense, con una antigüedad de en torno a 26.000 años. En el lugar se hallaron, además, rastros de ocupaciones ocasionales de la época medieval. Aparte de todos estos materiales arqueológicos, en la cueva se desenterraron numerosos fósiles de animales de diferentes períodos prehistóricos, que en muchos casos fueron cazados y consumidos por los ocupantes humanos, por lo que pueden proporcionar importantes datos sobre el modo de vida y los hábitos alimentarios de estas comunidades.

Las excavaciones que se desarrollan en la cueva desde la pasada década -actualmente financiadas por la Xunta- se encuadran en el proyecto «Ocupaciones humanas durante el Pleistoceno de la cuenca media del Miño», en el que colaboran la Universidade de Santiago y la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona junto con otras instituciones. El expediente por el que se incoa la declaración del yacimiento como BIC se someterá a exposición pública durante un mes. La cueva goza de la máxima protección legal desde el momento del inicio de este proceso.