Antía Fernández inicia en Galicia un proceso de cambio de sexo tras años reclamando una intervención quirúrgica
30 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Lleva años reclamando una intervención quirúrgica pero asegura que esta vez está cerca. Antía Fernández ya marcó un hito tras debutar hace poco más de un año al fichar por el Calasancias coruñés, en la segunda división femenina de voleibol, y puede volver a hacerlo. Esta mujer transexual de 41 años confía en ser operada en un plazo breve en el complejo hospitalario de A Coruña para someterse a una intervención en la que se le pongan implantes mamarios y se lleve a cabo una amputación genital. Su optimismo es tal que confía en estar recuperada cuando comience el curso, ya que está realizando dos ciclos de grado medio.
Asegura que presentó en el registro del Sergas la demanda quirúrgica el 13 de agosto del 2015, y tras dos años de espera todavía no sabe qué sentirá cuando sea operada, «no tengo ni idea, porque es una experiencia nueva y desconocida, será como volver a nacer y redescubrirme a mi misma, nunca mejor dicho porque de repente tu cuerpo se transforma totalmente, no al 100 % pero sí en sus caracteres primarios, cuatro días de dolor y a continuación seré otra frente al espejo», cuenta.
En realidad la sanidad gallega no realiza operaciones de reasignación de sexo, que incluyen una reconstrucción de los órganos sexuales, y de hecho la viguesa Charlotte Goiar fue remitida a una clínica de Barcelona, aunque la administración gallega tuvo que asumir los gastos. Lo que sí hace el Servizo Galego de Saúde son dar los tratamientos hormonales que necesitan las personas transexuales, así como las mastectomías en el caso de los chicos trans.
En este sentido, la cirugía de implantes mamarios y amputación genial serían pioneras en Galicia, aunque se hagan ya por otros motivos -en el caso de los implantes, por ejemplo en el cáncer de mama-. Antía Fernández sostiene que lleva años peleando con la burocracia «y presentando muchos papeles». Y no solo en sanidad sino también en otros departamentos. Cobra la Renta de Integración Social de Galicia (Risga) porque asegura que forma parte de un colectivo, el de los transexuales, que se encuentran con muchas dificultades a la hora de encontrar un trabajo «se reconoce como un grupo en riesgo de exclusión, pero no es un riesgo, es una realidad», apunta. Para cobrar la Risga necesita demostrar que se sigue formando y por eso confía en que la operen antes de que comience el curso, porque si supera las faltas de asistencia máximas le retirarían la ayuda. «La resolución de la fecha tiene que ser esta semana, porque el 18 empiezan las clases y tendría que estar recuperada de la convalecencia», añade.
Antía ha ido dando pasos poco a poco hasta conseguir que tanto su cuerpo como sus documentos estén de acuerdo a su género. Así, cuenta que cuando recibió la tarjeta sanitaria lo primero que hizo fue pedir la reasignación de su historial clínico, es decir, que todos los informes médicos, incluso los no informatizados y que se conserven en papel, se refiriesen a ella en femenino.
Demandas
Los colectivos trans reclaman desde hace tiempo que el Sergas lleve a cabo procesos como los implantes mamarios, sobre todo teniendo en cuenta que sí se hacen las mastectomías. Cristina Palacios, presidenta de Arelas, la asociación de familias de menores trans, recuerda que no es coherente que se opere a los chicos transexuales y no a las chicas, cuando además son intervenciones que sí podrían hacerse en la comunidad porque los cirujanos las realizan con las pacientes oncológicas. Distinto es el proceso de reasignación de sexo, para lo que se necesitan especialistas formados en este tipo de intervenciones. Málaga fue de hecho centro de referencia pero dejó de serlo, por lo que en estos momentos no hay un centro público en España al que puedan acudir de forma protocolizada las personas transexuales que quieren cometerse a esta reasignación.