Una sequía de proporciones bíblicas

Xavier Fonseca Blanco
XAVIER FONSECA REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Xavier Fonseca

Una intensa sequía en el Nilo y una potente erupción volcánica pueden explicar el relato de las diez plagas que afectaron al imperio egipcio

27 sep 2017 . Actualizado a las 19:42 h.

La evolución de las civilizaciones está íntimamente relacionada con el clima. El antiguo imperio egipcio surgió aproximadamente en el año 3000 antes de Cristo frente a las aguas del Nilo tras un cambio climático que convirtió el Sáhara en un desierto. Previamente, los vientos alisios y los monzones dejaban precipitaciones, el ambiente era húmedo y la vegetación abundante. Sin embargo, cuando comenzó la desertización, los pueblos que residían en el norte de África tuvieron que emigrar hacia la única fuente de agua segura, el Nilo. Así surgió la civilización de los faraones.

Según relata el Antiguo Testamento, los egipcios tomaron como prisioneros a los hebreos, que fueron liberados por Moisés tras castigar a los faraones con diez plagas. La primera convirtió el agua del Nilo en sangre. La ciencia ha tratado de averiguar cuál pudo ser el verdadero origen de este episodio. Una de las tesis señala a una potente sequía que se registró cuando fue redactado el relato bíblico. Sin lluvia, el caudal y el nivel de oxígeno del Nilo descendieron drásticamente y el río fue ocupado por un tipo de alga que le proporcionó ese color rojo. En Galicia es habitual que la marea roja puede traer una proliferación de microalgas que tiñen de colores anaranjados las rías. Y cuando un río sufre así, las principales víctimas son los peces, ya que no disponen de salida. Otras especies, como anfibios, tienen por lo menos la opción de escapar. Esto explicaría las siguientes tres plagas que relata el documento; la invasión de ranas, piojos y moscas. En ese ambiente tan hostil es lógico que la agricultura se deteriore y aumenten las enfermedades. Dos consecuencias recogidas en la quinta y sexta plaga, que explican cómo la peste afectó al ganado y un sarpullido causó estragos entre la población. Por si fuera poco, muy cerca de Egipto, en la isla de Santorini, explotó el volcán Thera, una catástrofe natural bien documentada. El material volcánico en la estratosfera provocó fuertes tormentas, intensas granizadas y un oscurecimiento de la atmósfera. Efectos que se parecen mucho a la séptima y novena plaga que mencionan la lluvia de fuego y las tinieblas. El aumento de la humedad pudo ser el reclamo para las langostas. La invasión de este insecto queda reflejada en la octava plaga.

Es probable que la sequía y la erupción no hayan coincidido en el tiempo. Pero seguramente fueron eventos muy conocidos en la época que alteraron la vida de muchas personas. Eso explica que hayan sido fuente de inspiración para uno de los relatos más famosos.