La UDC sacará a la luz una de las joyas arqueológicas del patrimonio palestino

b. antón FERROL / LA VOZ

SOCIEDAD

El equipo trabajará en Tell el Farah, un yacimiento al que se asocia con la ciudad bíblica de Tirsa

28 sep 2017 . Actualizado a las 12:30 h.

Junto con Jericó, el yacimiento de Tell el-Farah está considerado como una de las grandes joyas arqueológicas del patrimonio palestino. Situado a diez kilómetros al norte de la ciudad de Nablus, en Cisjordania, fue excavado parcialmente entre 1946 y 1960 por Roland de Vaux -el mismo dominico francés que lideró los trabajos arqueológicos en las famosas cuevas de Qumrán, donde se hallaron los manuscritos del Mar Muerto-, pero, tras su repentina muerte, la investigación quedó paralizada. Ahora, un equipo de la Universidade da Coruña (UDC) le dará continuidad con un proyecto arqueológico internacional en el que también participa la Universidade Nova de Lisboa y el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Palestina.

Según explica Juan Luis Montero Fenollós, profesor de Historia Antigua en la Facultad de Humanidades de Ferrol y codirector del proyecto, este yacimiento abarca una secuencia histórica «impresionante» -con ocupaciones que van desde el año 8500 hasta el 600 antes de Cristo- y resulta especialmente interesante por tratarse de un enclave al que algunas hipótesis identifican con la antigua ciudad bíblica de Tirsa. «Esa es una teoría que está por confirmar y que solo se podrá demostrar si sale a la luz algún texto de la época», advierte Montero.

Nombrada hasta diecisiete veces en pasajes del Antiguo Testamento como el Cantar de los Cantares o el Libro de los Reyes, lo que sí se sabe de Tirsa es que fue fundada en torno al año 925 antes de Cristo por Jeroboam, un siervo de Salomón, el último monarca del reino unido de Israel. «A la muerte de Salomón, el reino se dividió. Jeroboam fundó Tirsa en el norte, mientras que Roboam sucedió a su padre en Jerusalén, capital del reino de Judá», explica Montero.

Además de confirmar -o no- que bajo Tell el-Farah se encuentra la antigua Tirsa, el proyecto se centrará en estudiar la importancia que tuvo este enclave muchos siglos antes, hacia el 3000 antes de Cristo, cuando tuvo lugar el nacimiento del urbanismo y las primeras ciudades en Palestina. «Las connotaciones bíblicas del yacimiento son importantes, pero eso no es lo que nos guía, porque la arqueología no está para demostrar fe alguna, sino para cubrir las lagunas de nuestro pasado. No queremos hacer arqueología bíblica», recalca Montero.

El equipo participará hacia Palestina el sábado y la campaña durará tres semanas. El proyecto, que cuenta con la colaboración del Instituto Español Bíblico y Arqueológico de Jerusalén y está financiado en gran parte por la Fundación Palarq de Barcelona, ve la luz después de que el mismo grupo intentase excavar en el 2016 cerca de Hebrón y desistiese de su empeño por falta de seguridad.