Venecia, para las góndolas

María Signo ROMA

SOCIEDAD

ANDREA MEROLA | EFE

Los grandes trasatlánticos no podrán atracar a orillas de la ciudad

13 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los grandes trasatlánticos de crucero ya no pasarán por delante ni de la isla de la Giudecca veneciana ni de San Marcos. Esta es la decisión que hace unos días tomó el comité interministerial formado para afrontar el problema del impacto ambiental que estas naves causan en la laguna véneta. El anuncio del ministro de Transportes, Graziano Delrio, habla de un plazo de tres o cuatro años para que los barcos de más de 55.000 toneladas abandonen progresivamente la ruta hoy utilizada para llegar a la estación marítima de Venecia. El nuevo punto de atraque estará en Marghera, donde se construirá una nueva estación marítima.

En el actual puerto continuarán atracando las embarcaciones de medio calado, destinadas a desaparecer, que utilizarán el llamado canal Vittorio Emanuel, así como los yates y otras pequeñas embarcaciones, que podrán seguir entrando por San Marcos.

La nueva ruta aprovecha el canal, actualmente abandonado, que hasta los años setenta fue utilizado por los grandes petroleros que se dirigían a la refinería de Marghera, hoy en día cerrada. «Aumentarán los pasajeros en Marghera y disminuirán en Venecia, destinada a mantener un turismo de lujo», explica el presidente de la Autoridad Portuaria, Pino Musolino. Desde el ministerio se insistía en la importancia de la decisión, porque representa «un punto de equilibrio entre el cuidado del ambiente, el desarrollo territorial y la actividad empresarial».

La asociación internacional que aglutina a las principales empresas de cruceros, mostró su satisfacción, ya que considera que «consigue un doble objetivo: proteger a largo plazo el patrimonio que representa Venecia y proteger el futuro próspero para la economía de la ciudad y de todo el Adriático en relación con los cruceros».

Hace tan solo dos meses dicha asociación hizo públicos varios estudios y simulaciones de navegabilidad en la zona que puso a disposición de las autoridades para facilitar la solución del problema.

La decisión ha suscitado críticas del Movimiento 5 Estrellas, que la califica de «equivocada» porque «se dañará de manera irreversible el equilibrio morfológico de la laguna de Venecia», dicen. La intención de los de Beppe Grillo es eliminar totalmente los grandes trasatlánticos en la laguna para centrase en aquellos de medio cabotaje. Tampoco el presidente del Comité No Grandes Naves, Luciano Mazzolin, está de acuerdo con la decisión tomada: «Han elegido el peor proyecto posible. Nosotros queremos que estos barcos no entren en la laguna», declaró.

Polémica

Desde hace varios años la polémica sobre la presencia de los gigantes del mar en Venecia divide a los venecianos. Mientras hay quién considera la llegada de estos cruceros como importante y esencial para la economía local, otros denuncian el daño ambiental que sufre la laguna. El pasado mes de junio el Comité No Grandes Naves organizó un referendo popular, sin ningún valor legal, en el que participaron 18.000 personas, de ellas un 80 % de venecianos. Los resultados fueron claros: el 98,72 % se mostraron a favor de que los trasatlánticos no entren en la laguna.

Las movilizaciones continuaron en septiembre con dos días de rebelión en los que, además de varias acciones simbólicas, los organizadores del Comité No Grandes Naves junto con grupos ambientalistas ocuparon el canal de San Marco con pequeñas embarcaciones con la intención de bloquear el paso de alguno de los diez barcos que en esos días atracaban en Venecia.