El catálogo solidario se multiplica y abarca desde juguetes a vinos, arte o tecnología
16 dic 2017 . Actualizado a las 09:32 h.No hay quien se salve de comprar regalos navideños por estas fechas, una búsqueda que supone más de un quebradero de cabeza. Sin embargo, hay otra forma de agasajar a los seres más queridos que trasciende a ese gesto y es a través de productos que contribuyen a cambiar la vida de otros, de personas desconocidas. El catálogo de artículos solidarios se ha multiplicado en los últimos años y ya abarca desde juguetes a vinos, arte o tecnología.
Peluches con los que se adquieren vehículos para niños con discapacidad. Muñecos a favor de la lucha contra el cáncer. Cestas de Navidad que contribuyen a combatir la pobreza en el Tercer Mundo. O arte solidaria a la medida de cada conciencia.
Cada vez son más las oenegés y fundaciones que tienen su propio catálogo de regalos, como Cáritas, Pequeño Deseo o Unicef. En esta última, por ejemplo, hay paraguas, relojes, artículos de papelería, calcetines y hasta cargadores portátiles o memorias USB. ¿Y si el regalo es para alguien que ya tiene de todo? EducoBox es la solución, una caja llena de llena de opciones que provocan cambios reales en la vida de los niños más desfavorecidos, como dos poleas con las que extraer agua para el riego, ropa para menores huérfanos o gallinas ponedoras para vender sus huevos.
Impulso gallego
La implicación se deja notar también en Galicia. Y, mientras Jumeela Bibi cose una de las pulseras que vende la oenegé gallega Semilla para el Cambio, la india de 18 años vive de un trabajo digno (hasta hace un año trabajaba recogiendo basura por un sueldo mísero). Hasta el albariño se presta a la causa y el Club Rotary de Pontevedra destina parte de la venta del vino de O Vello Bodegueiro a proyectos benéficos.