La fortuna llega a una de las zonas más afectadas por el fuego

a.martínez / L.C.LLERA VIGO / LA VOZ

SOCIEDAD

M.MORALEJO

Un bar distribuyó entre sus clientes 180 décimos agraciados con un quinto premio, el 18065

23 dic 2017 . Actualizado a las 13:18 h.

Una lluvia de dinero salpicó ayer Salvaterra do Miño. Hacía una semana que los 180 décimos del 18.065 se habían agotado en la cafetería Lo Que Queda del Día. Sus responsables celebraron ayer con champán haber repartido más de un millón de euros de un quinto premio. Y todo gracias a la amistad que su encargado, Víctor Domínguez, también camarero, mantiene con el responsable de la administración de lotería de la calle Camelias de Vigo. Casi por hacerle un favor, le compró los décimos para venderlos desde la barra del bar. Rafael Acea acababa de inaugurar la administración número 27 y necesitaba un empujoncito para arrancar el negocio.

Semejante prueba de amistad tuvo la recompensa del azar. El premio ha sido muy repartido. La mayor parte de los agraciados son personas jóvenes y de los alrededores. Dará un alivio a vecinos de Salvaterra, pero también de Salceda, As Neves, Ponteareas, Tui o el norte de Portugal. El dinero llegó a una de las zonas más devastadas por los incendios de mediados de octubre. «Me consta que a algunos afectados les ha tocado», comentaba ayer con una botella de cava en la mano Yoli Domínguez, una de las socias del local. La mujer tenía 300 llamadas perdidas en el móvil, de clientes y amigos que la llamaban para felicitarla. Llevan seis años abiertos, siempre compran lotería, pero es la primera vez que reparten un premio.

Entre los agraciados, se encontraba un septuagenario, Fernando Guerra, que no podía ocultar su felicidad y se abrazaba a todo el que se le pusiera delante. Había compartido el 18065 con un ciudadano marroquí amigo suyo, pero como a este no le gustó el número se lo devolvió, por lo que los 6.000 euros del premio serán íntegramente para él. 

El ajo de la suerte

Salvaterra también se quedó con un pellizco de otro quinto premio, el 22253. El décimo salió de la máquina del punto de venta del mismo bazar donde hace un mes sellaron un boleto de la primitiva premiado con 46 millones de euros. Se lo repartieron un grupo de amigas, entre ellas la empleada de la tienda, que en principio se ha tomado un año de vacaciones, aunque no se sabe si volverá a incorporarse algún día.

«Estoy harta de dar tantos premios», bromeaba la responsable, Marisa Santos. En eso llego Mingos Piñeiro, un octogenario vecino de la zona, con un diente de ajo en la mano envuelto en papel Albal. «Si ya lo decía yo, que lo escuché una noche en un programa de Radio Voz, que esto da suerte», comentaba. Tanto para el sorteo con el que acabaron dando el millonario premio de la primitiva como para el de ayer había dejado dentro del mostrador este amuleto para atraer a la buena suerte.

La fortuna también se repartió por otros lugares de la provincia de Pontevedra. Como en el establecimiento X de O Porriño, que llevaba dos años consecutivos repartiendo premios importantes y ayer volvió a cantar un quinto. En Baiona también se vendieron dos décimos del segundo premio en Alférez Barreiro.