El hito cartográfico de Domingo Fontán empezó a fraguarse hace 202 años cuando vio que el país necesitaba esa precisión para poder desarrollarse económicamente
18 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Galicia pasó «de un mundo difuso a un mundo preciso» con el mapa de Domingo Fontán (Portas, 1788-Cuntis, 1866). Lo afirma el catedrático emérito de Geodinámica Exterior de la UDC Juan Ramón Vidal Romaní. Fueron necesarios 17 años de trabajo obsesivo por parte del pontevedrés, que este año será honrado en el Día da Ciencia en Galicia. «Foi unha obra de titáns, percorrendo Galicia cos seus instrumentos», afirma el científico Francisco Díaz Fierros, catedrático emérito de Edafología de la USC.
Esa gesta permitió dejar atrás las vías romanas. Dotó a la gente de un instrumento para moverse sabiendo a dónde iba. También a Galicia como país. De hecho, la motivación de Fontán fue la de ofrecer a su tierra una herramienta para fomentar su desarrollo económico. El matemático, político y geógrafo se adelantó incluso al Estado, lastrado entonces por los cartógrafos de la corte, ajenos a los adelantos que se usaban en Francia o Inglaterra.
Fontán los introdujo. Como recuerda César Camargo Sánchez, vicepresidente de la Fundación Domingo Fontán, empleó el sistémica métrico decimal, que adoptaría España en 1849 y sería obligatorio en 1880. Él ya lo usaba en 1816, cuando arrancó su colosal empresa. También, por influencia de su profesor José Rodríguez, usó la triangulación geodésica. De este modo creó el primer mapa físico de Galicia
«La forma de la costa estaba muy bien representada, pero no había una referencia interior válida», señala Vidal Romaní. «Con él se empezaron a buscar los puntos más altos y los diferentes niveles para poder definir un mapa geográfico», añade. Uno de los primeros puntos registrados fue la torre del Reloj de la catedral de Santiago. Se convirtió en una de las primeras estaciones para la triangulación de Galicia.
Para ello Fontán miraba hacia fuera. «Estaba moi ao tanto do que se estaba facendo en Europa porque o seu mestre estaba conectado co que pasaba fóra», precisa Francisco Díaz Fierros. En ese sentido, Galicia fue puntera durante varias décadas. «En España non se empezaron a utilizar eses métodos ata 1958», añade.
En 1834 la Carta Geométrica de Galicia fue presentada a la reina María Cristina de Borbón. Tardaría once años hasta imprimirse en 1845, en París. Vidal Romaní subraya que, en paralelo, Guillermo Schulz trabajaba en el mapa geológico de Galicia, «siendo ambas dos obras magníficas». De la de Fontán destaca, sobre todo, «lo precisa que era para la época, que permitió pasar de algo aproximado a conocer la distancia real entre dos puntos».
¿No hay errores? «A la escala a la que está (1 : 100.000) nada sustancial», indica el profesor de la UDC. «Es sorprendentemente exacto», añade. Se empleó desde la minería a las vías de comunicación. Su minuciosidad fue tal que incluyó las 4.000 iglesias parroquiales gallegas. «Tuvo que pasar casi un siglo para que surgieran mapas más modernos», concluye.