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La otra cara del crucigrama

Rafa Bautista

SOCIEDAD

ANGEL MANSO

Palabras con muchas vocales, definiciones con humor y trabajo a mano junto a «software». En el arte de diseñar pasatiempos cada autor tiene su estilo. Tres de los que se encargan de hacerlos para Elemental, la revista que La Voz distribuye en Galicia cada domingo, explican cómo trabajan

19 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Se incluyen bajo el título de pasatiempos, pero no solo necesita tiempo el que los soluciona. Para elaborar un crucigrama es necesario un concienzudo trabajo en el que cada autor aporta su toque particular. «Hay un punto de autor, sobre todo en las definiciones», explica Ignacio Alcaraz, segunda generación ya en una saga familiar que se remonta a los años cuarenta. «Yo tengo unas 10 o 15 palabras que se repiten muy a menudo en mis crucigramas. Por ejemplo, el río de Berna, el Aare, me viene muy bien al tener dos vocales seguidas».

Alcaraz es uno de los diseñadores de pasatiempos cuyo trabajo se puede ver diariamente en La Voz. Ahora, también cada domingo en la revista Elemental. Igualmente aporta su trabajo Agustín Fonseca, un defensor del trabajo artesanal en pleno siglo XXI: «Fabricamos nuestras herramientas. La tecnología ayuda mucho a la hora de hacerlos, pero hay mucho trabajo a mano en su elaboración. En el caso de las sopas de letras, por ejemplo, yo aún las hago a mano todas».

Las páginas de Elemental incluyen también pasatiempos en gallego. De ellos se encarga Carlos Medrano, responsable del xeróglifo diario de La Voz. En su caso, las agujas del reloj dieron muchas vueltas: «Isto é un traballo de lapis e papel, de botarlle horas. Para o desenvolvemento dun autodefinido podo necesitar unha tarde». Para él el punto de partida está en una cruz inicial: «Cruzo dúas palabras de tamaño grande e iso dáme unha guía. Ás veces hai que retocar. Aquí non existe un programa específico porque non hai base léxica para que se faga automaticamente».

Vocabulario normal

Agustín Fonseca asegura que no tiene palabras fetiche, aunque sí definiciones que rehúye. «Yo no pongo 'nota musical' o 'letra cuarta del alfabeto'. Tampoco me gusta meter cosas raras del tipo 'instrumento de cuerda peruano que tocan los quechuas'. Para eso tiro siempre de algo español».

Por su parte, Alcaraz explica que «se buscan mucho las vocales en una misma palabra, cuantas más mejor. Si, de repente, una palabra tiene tres consonantes, es mucho peor de encajar». Antes hay que hacer las definiciones: «Las suelo hacer yo, tirando de mi cosecha e inventiva. Siempre uso el humor. Me gusta que el que lo haga se eche una sonrisa con alguna definición». Carlos Medrano es más académico en ese sentido: «Utilizo o galego normativo e, de maneira moi puntual, introduzo algún tipo de dialectalismo. Por exemplo un tu en lugar de ti». Es parte del oficio necesario para que, luego, los lectores de La Voz pasen el tiempo resolviéndolo.