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Alejandro Gesto es un polifacético coruñés que se dedica cada fin de semana al arbitraje, sueña con triunfar en la música gracias a LO RA pero cuyas metas son infinitas...
11 oct 2018 . Actualizado a las 16:35 h.Si alguien duda de que las nuevas generaciones están más formadas que nunca, y que luchan por conseguir sus sueños, que le pregunten a Alejandro Gesto. Este coruñés de 27 años, lleva diez años dedicando cada fin de semana al arbitraje, peleando por hacerse un hueco en el mundo de la música, completando sus estudios después de licenciarse en Biología y trabajando mientras en una gasolinera para sobrevivir. Ahí es nada.
Un viaje a Berlín con sus amigos le cambió la vida. Allí se compró su primera guitarra y descubrió que con ella podía transmitir todas esas ideas que corrían por su cabeza. Formó varios grupos que le sirvieron como rodaje hasta llegar a LO RA la formación que, junto a su amigo Carlos, le está dando muchas alegrías.
Con la temporada recién empezada en su faceta como árbitro, Alejandro reconoce que «empecé en el instituto por sacarme unas 'pelas'» y ya han pasado diez años. Desde entonces, cada sábado y domingo dirige encuentros desde los más pequeños hasta modestos en Segunda Regional. De tener que sacar el carácter para llevar el orden en un partido, Alejandro saca su cara más descarada cuando el protagonista es LO RA.
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Con su mejor amigo, forma este grupo de hip hop en el que él se encarga de escribir las letras y sentar las bases de lo que luego Carlos desarrolla. «Yo compongo las letras y los acordes. Carlos coge lo que yo saco y lo convierte en el resultado final». Con un estilo hip hop más desenfadado «que no es ni el clásico de los 90 ni el trap que se hace ahora», según el propio Alejandro, LO RA cuida muchísimo la estética de sus trabajos. En sus videoclips, grabados en A Coruña y alrededores, Alejandro y Carlos no se cortan un pelo a la hora de pasearse en bañador por el centro de la ciudad herculina si el guion lo requiere. Para él, el fundamento para que cualquier cosa en grupo funcione es que «Carlos y yo somos mejores amigos, no hay medias tintas, es una relación de confianza, y creo que eso es lo más importante para que todo fluya».
De su faceta dirigiendo partidos desmitifica el riesgo que corren los árbitros, aunque algún susto sí que se ha llevado. «Nunca tuve que llamar a la Guardia Civil, aunque alguna vez quizá debería haberlo hecho», reconoce y apunta como el momento más complicado un partido en Zás donde recibió un colleja «pero que no fue a más». El llevar tantos años con el silbato le permite conocer a todos los jugadores «sé el que se tira, el que no se tira, el que si me doy la vuelta sé que la puede liar... y ellos me conocen a mí, así que es más fácil ahora».
Junto a la otra mitad de LO RA también se inició en el arbitraje, pero solo él se quedó «como hobbie». Del fútbol base reconoce que lo más complicado «son los padres, aunque cada vez se portan mejor», y asegura que «aunque en un partido de niños, a veces estás más pendiente de lo que ocurre fuera que lo que pasa en el partido, que más que arbitrar, es una tarea de enseñanza».
La docencia, en el horizonte
Las inquietudes de Alejandro no terminan ahí. Después de terminar la carrera de Biología quiso mejorar su formación. «En una comida con mi tío me habló del título de patrón de barco, antes de estudiar Biología ya había barajado hacer Naútica», y es por eso que este año se ha matriculado en un ciclo de navegación para después intentar un Máster de Marina, para así, entre las dos «sino soy observador pesquero, soy patrón».
Aunque el camino de la docencia no lo descarta para nada. Entre sus propósitos a medio largo plazo está el de opositar para maestro pero considera que un profesor «para ser bueno, debería haber vivido determinadas experiencias» y a él, de eso, le sobra.
Con su otra gran pasión, la música, quiere empezar a hacer conciertos a partir del verano porque ahora mismo «solo nos estamos divirtiendo». Pero esa diversión les ha llevado a participar en el concurso Vodafone yu Music Talent, en el que LO RA ya ha llegado a semifinales. A través de una encuesta en su cuenta de Instagram, pidieron a sus seguidores que eligieran la canción que deberían presentar. «Por mayoría aplastante la gente eligió Raymond», y gracias a esa elección el próximo día 19 participarán en una audición en Madrid.
Sin negarse ningún sueño, ni inquietud, porque el que no lo intenta no lo consigue, Alejandro es sinónimo de ganas. De ambición. De lucha por alcanzar la meta que uno se proponga. Pero Alejandro también es demostración de que dos mundos que quizá antagónicos como el deporte y el rap pueden estar tan cercanos como lo permita el sonido de un silbato o la estrofa de una canción de LORA.