Un equipo de la UDC halla pruebas de la conquista asiria en un yacimiento de hace 2.700 años
28 oct 2018 . Actualizado a las 16:46 h.«Estamos entrando en las entrañas de la ciudad». Cada palabra del arqueólogo de la Universidade da Coruña Juan Luis Montero Fenollós desprende entusiasmo ante un yacimiento espectacular que albergó actividad humana de forma continuada desde el Neolítico, hace unos 8.500 años, hasta la Edad de Hierro, en torno a 600 años antes de Cristo. Cada pieza que desentierran en Tell el-Far’a, ubicado en Palestina, a once kilómetros al norte de la ciudad cisjordana de Nablus, es como si se sumara una nueva página a un libro incompleto de historia que cuenta desde los primeros asentamientos agropecuarios a la creación de las primeras ciudades, su posterior refundación y la invasión de los grandes imperios de la Edad de Hierro. Muy pocos enclaves en el planeta ofrecen una secuencia temporal tan extensa.
«Es un gran libro de historia y una joya arqueológica», constata Montero Fenollós, que acaba de regresar con las alforjas llenas de la segunda campaña de excavaciones Tell el-Far’a en un proyecto en colaboración la Universidade Nova de Lisboa y el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Palestina. Es el primer equipo que se sumerge en las entrañas del yacimiento desde que fue abandonado hace casi 60 años, tras los trabajos previos realizados entre 1946 y 1960 por una expedición francesa dirigida por Roland de Vaux.
La segunda campaña arqueológica, que acaba de concluir y en la que participaron veinte personas, se centró en el estudio de la arquitectura, urbanismo y cronología de la Edad del Hierro en torno a este asentamiento. Los trabajos han permitido identificar un edificio que pertenece a la época de la invasión del imperio asirio, hace 700 años antes de Cristo, documentado en la bibliografía histórica y ahora corroborado por la arqueología. «Sabíamos por los textos -indica Fenollós- que este hecho tuvo lugar, pero ahora comprobamos que los asirios establecieron allí una guarnición militar. Tenemos evidencias bastante fiables de lo que ocurrió». Una prueba es la aparición de varios vasos de cerámica neoasiria importada, lo que indica que «allí donde llegaba este pueblo imponían su cultura». Fue la época en la que el rey Sargón II conquistó Samaría, hacia el año 720 a. C.
Cambio en las dataciones
Otro hallazgo notable se remonta a una época anterior, de hace 900 años antes de Cristo, un período previo a la llegada de los imperios mesopotámicos. Se trata de otro edificio, que se observó justo debajo del anterior, que pertenece a una casa construida, también en piedra, en la que han aparecido materiales como cerámicas o adornos de bronce y de conchas, metales y huecos. En una habitación excavada se encontraron bastantes restos de carbón vegetal y de huesos de fauna, lo que permitirá a los investigadores obtener por primera vez dataciones absolutas mediante carbono 14 de esta épica. «Estos estudios de laboratorio -explica el arqueólogo- nos permitirán revisar la datación de la Edad de Hierro asignada en los años 60 por los arqueólogos franceses en Tell el-Far’a y que ya había sido criticada por otros autores». Lo más previsible es que la cronología se revise a la baja en unos 200-250 años.