Las personas que se operan para reducir el peso se divorcian más

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

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Expertos gallegos reclaman un seguimiento psicológico después de una cirugía bariátrica

25 ene 2019 . Actualizado a las 17:41 h.

La obesidad mórbida no es solo un importante problema de peso, sino también de salud. Perder 30, 40, 50 kilos, o incluso más, en una cirugía bariátrica no solo supone un radical cambio estético en el paciente, sino que en no pocos casos marca la diferencia entre la vida y la muerte. Pero, ¿qué ocurre después de una operación de este tipo? Se sabe mucho desde un punto de vista clínico, ya que a los intervenidos se les realiza un seguimiento con analíticas para comprobar su evolución, pero muy poco de lo que una intervención tan drástica supone a nivel emocional. Es un déficit que se intentará paliar en Galicia con la propuesta que se realizará hoy en el simposio del Grupo Gallego de Tratamiento de la Obesidad Grave, que reúne en Santiago a especialistas de todos los ámbitos, para efectuar un control psicológico de estas personas después de la cirugía.

«Tenemos muy pocos datos sobre lo que ocurre en sus relaciones interpersonales y a nivel emocional, pero los datos que manejamos con nuestra experiencia es que tienen bastante dificultades a la hora de adaptarse a un cambio de vida tan grande, porque, a priori, después de una operación es muy fácil pensar que todo va a ser bueno, porque piensan que las dificultades que tenían en la vida venían por su peso, pero luego descubren que adelgazar no resuelve los problemas que tienen que ver con la vida», advierte la psicóloga clínica Rocío Basanta.

 Estos cambios, más allá del físico, afectan a las relaciones de pareja. Es lo que se ha observado en un estudio realizado en Suecia en el que se ha seguido durante años a dos cohortes de población obesa y sometida a cirugía bariátrica y se compararon los resultados con un grupo de control. Lo que se observó fue que los pacientes a los que se les practicó un baipás gástrico tuvieron un aumento significativo de los divorcios. Entre los operados, el porcentaje de separaciones fue del 15 %, frente al 9 % que se registraron en el resto de la población de la misma edad.

Cambios en las relaciones

Pero el trabajo también determinó que las personas que no estaban en una relación en el momento de la cirugía tenían más probabilidades de casarse o iniciar una relación después de la intervención. «Cuanto más peso perdieron los pacientes, más posibilidades tenían de cambiar el estado de su relación», explica Gustaf Bruze, el primer autor de una investigación publicada en Jama Surgery.

Ni en Galicia ni en España existen datos que acrediten algo parecido, porque no se han realizado estudios específicos para comprobarlo, pero los expertos sí creen que puede ocurrir algo similar. «Cada país tiene su idiosincrasia y sus matices, por lo que no necesariamente lo que les pase a los suecos nos tiene que suceder a nosotros. Habrá que verlo, aunque lo más previsible es que un cambio físico tan importante pueda afectar a nuestra vida en otros ámbitos», explica Basanta, que sí cree fundamental abordar en Galicia «las consecuencias a nivel emocional e interpersonal tras una cirugía mayor».

Pero estos no son los únicos cambios que experimentan las personas sometidas a una cirugía bariátrica. Otros estudios se refieren a que su consumo de psicotrópicos es mayor, mientras que otros apuntan a un riesgo más elevado de intento de suicidios frente al resto de la población.

«Después de una cirugía mayor como esta los pacientes se enfrentan a una nueva situación, a un cambio al que no siempre es fácil adaptarse», explica el psiquiatra del hospital Álvaro Cunqueiro Carlos Delgado, quien también insiste en la necesidad de que se les someta a un seguimiento psicológico después de la intervención clínica para ofrecerles una ayuda que les permita superar los nuevos retos a los que se enfrentan. Uno de los hipotéticos efectos es el mayor riesgo de que sufran adicciones, aunque los pocos estudios que se han hecho hasta el momento no son determinantes. «Algunos obesos mórbidos -apunta- presentan una disminución del neurotransmisor de la dopamina, por lo que comen para obtener una recompensa, un placer. Es el mismo mecanismo biológico que presentan los adictos a las drogas o al alcohol, solo que en este caso la comida cumple la misma función que las drogas». ¿Qué pasa entonces cuando han perdido más de 30 kilos de peso? Lo que se ha visto en este tipo de población es un ligero aumento en el consumo de alcohol, aunque de momento no se ha observado que caigan en otras adicciones como la ludopatía o las drogas.

En Galicia, cada dos días se practica una operación por obesidad mórbida, cerca de ocho mil casos en los últimos ocho años. Pero los candidatos a someterse a una intervención son muchos más. En torno a 40.000.