De reenganche y sin haberse cambiado de ropa, Andreu Buenafuente y Silvia Abril regresaron el lunes desde Sevilla al plató de Late Motiv después de haberse dedicado en cuerpo y alma durante la última semana a preparar la gala de los Goya. Entre los dos lograron que el público se enganchara de nuevo a los premios del cine español con uno de sus mejores datos de audiencia, lo que los confirma como un valor seguro e inapelable. No hay otra manera de reflotar el género televisivo de las entregas de premios que incorporar un soplo de humor e inteligencia que salve el trámite burocrático de la estatuilla y el agradecimiento, pero no hay una fórmula exacta. Ni el ingenio convence siempre a todos ni es frecuente encontrar un discurso tan auténtico como el de Jesús Vidal, capaz de levantar por sí mismo una gala. Abril y Buenafuente consiguieron salvar los muebles incluso en un gag como el de la faja y el calzoncillo, del que es difícil salir airoso.
Para la actriz, cuatro millones de espectadores son, según confesó, un día de trabajo normal en Tu cara me suena. Para Buenafuente, sin embargo, son un hito. «Bienvenido al mainstream, querido», le dijo Abril en Late Motiv. Hace tiempo que la programación generalista relegó al presentador al reducto de pago después de varias temporadas marginado a altas horas de la madrugada en La Sexta.