Niños, al quirófano en un Mercedes descapotable

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

SOCIEDAD

El Cunqueiro de Vigo intenta reducir la ansiedad de los pequeños a los que desplaza con coches

21 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los niños ingresados en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo que tengan que ser operados o sometidos a una prueba diagnóstica recorrerán el trayecto desde la habitación conduciendo un pequeño coche eléctrico. Es un Mercedes que funciona por control remoto (para los adultos) que ha sido donado por Apetéceme, la empresa que gestiona las cafeterías del hospital. El coche tiene dos velocidades, luces, claxon y equipo de música.

Hoy será el primer día que se utilicen. Ayer por la mañana los pequeños ingresados en pediatría estuvieron probando los vehículos por los pasillos. Dos de los coches se destinarán a la unidad de cirugía mayor ambulatoria infantil, mientras que el tercero se quedará en la planta de pediatría. Por la primera, pasan todos los niños que entran en quirófano, que son más de 1.500 cada año, porque el hospital de Vigo es el de referencia en el sur de Galicia para las operaciones infantiles complejas. Los de la planta serán los que utilicen los coches para ir a las pruebas diagnósticas. El año pasado hubo 4.100 ingresos.

El objetivo de esta iniciativa es reducir la ansiedad que les provoca a los niños el entorno hospitalario. «Estudiamos todo para que el niño no pase miedo, para que el entorno sea amigable», explica la anestesista María Doniz, de la unidad de recuperación infantil. «Tenemos juguetes, televisores, Play Station, libros, decoración, vienen los bomberos, los futbolistas... Los niños están tranquilos y confían en nosotros», dice. Doniz deja claro que la humanización de la asistencia es fruto de un trabajo en equipo y que define a toda la unidad.

El uso de los coches tiene una limitación. Solo pueden usarlos los mayores de tres años y los menores de ocho y, en todo caso, los que no superen los 40 kilos de peso. Aunque en la unidad de recuperación quirúrgica tenga juguetes, quedarán guardados para reservarlos solo para el momento especial de ir a quirófano. Cuando llegue el momento, un celador montará al pequeño en el cochecito y se quedará un mando para teledirigirlo. «El niño puede manejar el coche, pero el celador lleva un mando y, en caso de conflicto, el mando tiene prioridad. Es una cuestión de seguridad», explican en la unidad infantil.

Normalmente, a los pequeños se les administra una premedicación en el momento en que tienen que ir a quirófano. Es el momento más complicado, ya que es la separación del niño y sus padres. Los profesionales esperan que el uso de los coches aporte confianza a los pequeños, disminuya el uso de esta premedicación y, por tanto, la recuperación después de las intervenciones sea más rápida.

Un sistema similar funciona en el hospital de Lugo. Hace un mes y medio, el HULA implantó esta medida gracias a que la asociación de talleres les donó los vehículos. Empezaron llevando a los niños a quirófano y ya quieren ampliarlo a los pequeños que tengan que someterse a una prueba diagnóstica. En una entrevista reciente en La Voz, el gerente del área sanitaria provincial, Ramón Ares, explicó que la medida pronto se implantará también en los hospitales de Burela y Monforte.

Todo esto sucede en medio de un contexto de cambio cultural en el ámbito de los hospitales. La humanización ha ido ganando peso en la gestión de los centros sanitarios. La unidad de recuperación quirúrgica del hospital de Vigo es un paradigma de ese cambio cultural, porque es exclusiva para niños. Se abrió hace tres años y entonces era la única de Galicia exclusivamente infantil. Tiene una característica fundamental: los padres pueden estar todo el tiempo con sus hijos. Participan de sus cuidados, los acompañan al baño, les dan de comer. Esto se hace imposible cuando los niños están mezclados con los adultos en las unidades de recuperación, que es lo habitual.