Desmayos, convulsiones y daño cerebral: ¿en qué consiste el «Juego de la muerte»?

SOCIEDAD

JUEGO DE LA MUERTE

Es uno de los últimos retos virales, famoso entre los jóvenes, que mantiene en alerta a autoridades, padres y colegios

31 may 2019 . Actualizado a las 09:41 h.

«El juego de la muerte» o «Juego de la asfixia» se ha convertido en el último reto viral que ha puesto en alerta a autoridades, docentes y padres. En España, ya han salido a la luz casos y, concretamente en Granada, la Policía Local ya investiga el de varios menores que se grabaron con el móvil llevando a cabo esta peligrosa práctica. 

¿En qué consiste el también llamado «Shocking Game»? El objetivo es inducir al desmayo al «protagonista» estrangulándolo apretando la yugular hasta que la falta de oxígeno provoca una presunta sensación de euforia o alucinación. También se puede llevar a cabo mediante  Después, la reacción se difunde por las redes sociales. 

«El juego de la muerte» no es algo nuevo aunque en los últimos años se ha extendido por la fácil difusión de esos vídeos. Las consecuencias pueden llegar a ser fatales ya que, a partir del momento en el que el cerebro se queda sin oxígeno, las células cerebrales solo tardan unos minutos en comenzar a morir. La estrangulación puede producir la pérdida de la memoria a corto plazo, pérdida permanente de funciones neurológicas, daño cerebral, desmayos, convulsiones, coma o, incluso, la muerte. 

En el caso de Granada, en las imágenes se ve como el joven se desmaya y empieza a convulsionar. 

«Quien juega con fuego, puede acabar quemado, quien juega con la muerte, puede terminar matando a alguien. Dejar sin oxígeno un cerebro, puede ocasionar convulsiones, daños neuronales irreparables e incluso la muerte. Esto no es ningún juego, ni tiene ninguna gracia», escribía la Policía Local de Granada junto al vídeo grabado en un instituto de la localidad. El caso ya está en manos de la Fiscalía de Menores. 

Estados Unidos es el país que más casos ha documentado. Un estudio en 2008 del Center for Disease Control and Prevention (CDC) indicaba que, entre 1995 y 2007, se produjeron 82 muertes de niños y adolescentes probablemente debidas a esta práctica. Desde entonces, los casos se han multiplicado. Uno de los últimos ha tenido como protagonista a Mason Bogard, de 15 años. Sus padres lo encontraron inconsciente en su habitación y, tras su muerte, contaron a los medios que habían encontrado en su móvil vídeos explicando cómo llevar a cabo «el juego de la muerte». 

Pero este no es el único reto viral que los jóvenes se toman como un juego sin pensar en las consecuencias. En el conocido como «abecedario del diablo», las víctimas deberán recitar cada letra del abecedario, de la a a la z, y pronunciar un término que empiece por cada una de ellas mientras otro participante le pelliza o le rasca en el dorso de las manos, cada vez con mayor intensidad, por cada palabra que diga. En ciertas ocasiones también se pueden utilizar objetos potencialmente más lesivos, como tijeras.

La Ballena Azul, el juego mortal creado por un joven estudiante de psicología ruso, que, incluso, llegó a confesar que su objetivo es el de «limpiar la sociedad de gente sin valor». Este entretenimiento virtual se basa en pruebas que los participantes tienen que superar y de las que tienen que enviar pruebas a sus mentores, a través de Vkontakte, una red social rusa similar a Facebook. La Ballena azul propone 50 retos, como autolesionarse o pasar varios días sin dormir, siendo el último de ellos el de acabar con la propia vida del participante. 

Estos son extractos de las peligrosas indicaciones que reciben los miles de jóvenes captados para el juego: «Hola, ¿estás listo? Tu pacto ya está en el libro». «No hay vuelta atrás, una vez que empiezas, no puedes dejar el juego». «Llevarás a cabo cada tarea con diligencia y nadie deberá saberlo; cuando termines una, me mandarás una foto y al final del juego, morirás». «Si abandonas antes, irán a por ti».

Por todo el mundo se dieron casos confirmados o indicios de adolescentes que se autolesionaron siguiendo las instrucciones de la Ballena Azul. En España saltaron las alarmas cuando trascendió el caso de una menor catalana de 15 años que había ingresado en un hospital del entorno de Barcelona debido a las heridas que se había proferido tras haberse convertido en una «ballena». 

La Policía Nacional española también tuvo que alertar sobre Momo, el juego de Whatsapp que comenzó a sembrar el temor entre los más jóvenes. 

Consiste en agregar un número de teléfono y enviarle un mensaje a Momo, un personaje inventado con una terrorífica cara. El juego parece no tener un fin claro y tampoco se sabe quién se esconde detrás de Momo. La foto de perfil es la cara de este personaje, que proviene de una exposición en Vainilla Gallery, una galería que se dedica a exponer esculturas extrañas de artistas japoneses. Unos ojos saltones, una cara blanca y huesuda, pelo negro y una sonrisa que no transmite precisamente felicidad, sino todo lo contrario.

En Twitter, varios usuarios relatan que les ha ocurrido al responder al mensaje de Momo. «Te atreves a llamar a Momo (+81345102539). Si lo haces, espero no te pase lo mismo que a mí». El prefijo +81 proviene de Japón y cuando se agrega a este número en su descripción aparece este fragmento en japonés que, traducido, significa «me llaman L». Una vez que se agrega al nuevo contacto, el reto consiste en llamar a Momo para que este nos envíe imágenes violentas o amenazas. Asimismo, y para completar el juego, estas deben ser reenviadas en cadena a los contactos, concluyendo así el reto.