Miles de aficionados a la astronomía presencionaron en directo el único evento astronómico de esta índole que se producirá este año
03 jul 2019 . Actualizado a las 17:00 h.Mil personas de al menos veinte nacionalidades derramaron lágrimas y aplaudieron a rabiar para recibir este martes el eclipse solar total en el Observatorio de la Silla, situado en la norteña región de Coquimbo (Chile), un espectáculo natural que oscureció el cielo de Sudamérica. Alrededor de las 16:40 la luna tapó por completo el sol y los nervios de los presentes afloraron al tiempo que miraban incrédulos cómo el centro astronómico, situado a 2.400 metros de altitud, quedaban en penumbra.
El frío intentó tomar el protagonismo, pero los científicos, periodistas y los cientos de afortunados turistas que hasta allí llegaron resistieron el gélido viento para disfrutar del evento a través de uno de los cielos más prístinos del planeta.
Tanto es así que en esta región chilena, así como en la de Atacama, se concentra cerca del 60 % de la observación astronómica mundial, unas condiciones que atrajeron a unas 300.000 personas, tanto nacionales como extranjeros, según indicaron a Efe desde la Subsecretaría de Turismo. «La humanidad ha sido capaz de entender el firmamento después de cientos de años de estudio, algo que es demostrable por el simple hecho de que seamos capaces de predecir que vamos a tener un eclipse total», indicó horas antes Xavier Barcons, director general del European Southern Observatory (ESO), organismo que controla La Silla.
Tanta era la espectación que el ministro de Ciencia del país, Andrés Couve, compareció en directo ante las televisiones locales visiblemente emocionado, un sentimiento en el que le acompañaron los propios investigadores del centro, quienes no pudieron contener las lágrimas. El eclipse tuvo un 100 % de visibilidad en las regiones de Coquimbo y Atacama, mientras que en otras, como en Santiago, llegó hasta el 92 %.
La capital acogió también un gran número de eventos, principalmente en los parques públicos, como el céntrico cerro San Cristóbal, donde miles se dieron cita para compartir un momento que paralizó al país austral.
Tras pasar por Chile, que mira al Pacífico, el fenómeno pasó a Argentina, el otro único punto en el que pudo observarse en su fase completa, por las provincias de San Juan, La Rioja, San Luis, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires para terminar a las 20.43 en la ciudad de Chacomús, ya en el océano Atlántico. También fue visible de manera parcial en países como Paraguay, Uruguay, Perú y Brasil.
Sin embargo, al ocurrir tan cercano a la noche, el evento tuvo lugar cerca del horizonte el oeste-noroeste, por donde se oculta el sol en el hemisferio sur, y después de su final tan solo pasaron minutos hasta que los países afectados se sumieron, por segunda vez, en la oscuridad esta vez para toda la noche.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, que presenció el eclipse desde La Silla, señaló que este era «un día muy emocionante para la nación», con preparativos funcionando desde hace meses para el evento, entre los que se encontró una amplia campaña divulgativa y el reparto de gafas especializadas para mirar directamente al sol.
«Literalmente somos polvo de estrellas, porque buena parte de la materia que compone nuestro cuerpo viene de las estrellas y Chile es hoy en día la capital del mundo en materia de astronomía», concluyó el presidente, con una cita que hacía referencia directa al ya fallecido divulgador estadounidense Carl Sagan.
Este 2 de julio marcó el inicio de una época de fenómenos astronómicos, que culminará con un nuevo eclipse que se producirá el 14 diciembre del 2020 y que será visible en el sur de Chile, en las regiones de la Araucanía y Los Ríos.