Las máximas marcarán valores por encima de la media, especialmente a partir del miércoles
05 jul 2019 . Actualizado a las 20:44 h.Hace ya semanas que la influencia del anticiclón de las Azores viene cargada de matices en Galicia. Primero fueron las nubes bajas y las temperaturas por debajo de la media. De hecho, el pasado mes de junio fue el más frío desde 1997. Eso sí, en el conjunto del planeta fue el más cálido de la historia. Y ahora que el buen tiempo e incluso el calor empezaban a arrancar, llegan las tormentas. Ayer se registró una importante actividad eléctrica, con más de 2.000 rayos y fuertes granizadas que provocaron inundaciones y destrozos. La inestabilidad seguirá también este viernes. La Aemet mantiene los avisos amarillos en el interior de las provincias de Lugo y A Coruña.
El fin de semana la configuración meteorológica no presentará grandes novedades. El cielo seguirá presentando nubes de evolución y no se descarta que puedan producirse más episodios tormentosos en el interior, con precipitaciones incluidas. Las temperaturas marcarán cifras agradables, que serán más altas en el sur de la comunidad. El termómetro podría llegar hasta los treinta grados en Ourense.
Sin embargo, estas condiciones tan cambiantes tienen las horas contadas. La semana que viene parece que arrancará definitivamente el tiempo veraniego en Galicia. Para empezar, desaparecerá el sistema de bajas presiones que ha estado inyectando aire frío en las capas altas de la atmósfera, fuente de humedad e inestabilidad. Sin la borrasca, el anticiclón recuperará el espacio que le corresponde en esta época del año.
El sistema de altas presiones comenzará entrar en forma de cuña, generando una circulación del nordés, una señal de que las condiciones se ajustan a la meteorología propia de julio. Este viento borrará las nubes del cielo gallego, excepto de la costa norte de Lugo, donde aparecerá la típica nubosidad de estancamiento, otro ejemplo de la normalidad atmosférica que se espera a medio plazo. El lunes comenzará con algo de humedad pero irá deshaciéndose con el avance de las horas. Cada día que pase el tiempo será más seco.
Además, las temperaturas comenzarán a subir de forma notable y generalizada. Las anomalías térmicas cambiarán de tendencia. Hasta ahora han sido sobre todo negativas (más bajas de lo habitual), pero la semana que viene serán positivas. Las máximas marcarán valores por encima de la media, especialmente a partir del miércoles. El próximo fin de semana, todo apunta a que habrá sol y calor.
Este pronóstico hay que tomarlo con mucha cautela, sobre todo si tenemos en cuenta las condiciones tan variables que han estado predominando hasta ahora. Sin embargo, que los principales modelos coincidan sobre la situación prevista a partir del lunes merece un voto de confianza.