Investigadores españoles abren la puerta a una terapia alternativa a los antibióticos contra las bacterias

Alfonso Torices MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

CNIO

Han descubierto cómo funciona el sistema por el que estos microorganismos paralizan la respuesta inmunológica humana y logran que se extienda la infección

11 nov 2019 . Actualizado a las 18:03 h.

Científicos españoles del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en colaboración con colegas alemanes de la Universidad de Würzburg, han realizado un descubrimiento que abre la puerta al diseño de terapias alternativas a las de los antibióticos para luchar contra las enfermedades de origen bacteriano. La nueva generación de compuestos bloquearía la acción de las bacterias en lugar de destruirlas.

El grupo del CNIO dirigido por Oscar Llorca ha logrado detallar la estructura y el mecanismo de funcionamiento del sistema de secreción de la bacteria de la tuberculosis, el complejo entramado de proteínas mediante el que este microorganismo inyecta en las células del sistema inmune unas moléculas que paralizan la respuesta defensiva de los enfermos y permiten que se extienda la infección por su organismo. Ambos equipos de investigadores han detallado todos los actores involucrados en el sistema de secreción, han aclarado las funciones que se desconocían sobre varios de ellos, han revelado su estructura en tres dimensiones, y han propuesto un mecanismo de funcionamiento de esta «sofisticada nanomáquina», según publica la revista Nature.

Estos hallazgos permitirán la puesta en marcha de investigaciones que diseñen nuevas estrategias terapéuticas para combatir las enfermedades bacterianas, que ya no irán dirigidas -como en el caso de los antibióticos- a destruir estos microorganismos, sino a paralizar su sistema de secreción y, por lo tanto, a desbloquear el funcionamiento del sistema inmune humano y a dejarle vía libre para que rechace la infección.

Esta revolución terapéutica en ciernes abierta por los científicos del CNIO tiene una gran importancia porque, como alerta de forma reiterada la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada vez son más las bacterias que logran desarrollar resistencia a la acción de los antibióticos que se usan para combatirlas, hasta el momento el único arma farmacológica efectiva para luchar contra este tipo de dolencias.

Sin ir más lejos, solo la Mycobacterium tuberculosis, el microorganismo sobre el que se desarrolló esta investigación, es el agente desencadenante de una dolencia epidémica en muchos de los países en vías de desarrollo que ha logrado el triste mérito de colocarse entre las diez enfermedades que con mayor mortalidad en el mundo. Según los datos de la OMS, que tiene como uno de sus objetivos fundamentales para 2030 erradicar la epidemia, unos 10 millones de personas enferman cada año de tuberculosis en el planeta y unos 1,6 millones fallecen como consecuencia de la infección. Para alcanzar este gran objetivo sanitario será fundamental el diseño de terapias alternativas a los antibióticos para combatir la tuberculosis porque el único tratamiento actual tiene ya 40 años de antigüedad y han comenzado a aparecer nuevas cepas de la bacteria que muestran una clara resistencia a ser eliminadas por el fármaco tradicional.