La llamada de Jesús Calleja a Álex González desde O Courel

Mónica Pérez
Mónica Pérez REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

«Volando Voy» mostró las alvarizas, singulares construcciones que pueblan la montaña lucense y a algunos de los vecinos más singulares de la zona

28 oct 2019 . Actualizado a las 21:05 h.

Cuatro emitió este domingo el programa de Volando Voy dedicado a O Courel. Grabado ya hace meses, el aventurero Jesús Calleja aterrizó en la comarca de Os Ancares para mostrar la vida de algunos de los vecinos más singulares y poner en valor, además de los impresionantes paisajes, las alvarizas, unas construcciones típicas de la zona. 

El leonés visitó varias de las aldeas de O Coruel Froxán, Ferreirós de Arriba o A Campa, donde conoció historias como la de Rubina Rodríguez. Esta octogenaria recordó que había sido criada por un matrimonio que no eran sus padres, ya que a su madre la guerra la pilló en Valencia, y tardó años en regresar. Sin perder el humor ni la sonrisa, narró su dura juventud, pero hizo balance de una vida «feliz». «El amor es que te hagan feliz en todos los sentidos. He sido feliz en todos los sentidos…. En la cama y todo», resumía de forma muy sincera a Calleja. «¿Era una máquina?», le preguntaba el presentador. «En siete años tuvimos cuatro hijos. Luego, cremallera de abajo», afirmó Rubina. Además protagonizó un hilarante momento que provocó las risas de los vecinos del pueblo y las del propio aventurero: «Te voy a explicar, a ver si me comprendes: marcha atrás para no tener más hijos». 

Ella protagonizó algunos de los momentos más emotivos del programa, al subirse por primera vez al helicóptero de Calleja para ver el entorno en el que vive desde siempre desde el aire. 

«Siempre fuimos muy felices. Sería el hombre más feliz si me estuviera viendo. Cincuenta y cuatro años de matrimonio muy felices», recordaba Rubina al mostrarle a Calleja la aldea de Vilamor, donde está enterrado su marido. «Puedo decir a mis 84 años, me llevaste a ver los pueblos, la montaña, el mirador, que nunca lo he visto. Esto es lo más bonito para mí», recordaba. «Me hiciste muy feliz», le resumía. 

Otro de los protagonistas de noche fue Julito, un joven de Ferreirós de Arriba enamorado de las abejas y que empezó de cero en el negocio. «El oso el año pasado me tiró cuatro», explicaba, contándole a Calleja que había intentado comprar una alvariza para proteger sus colmenas, pero «se me adelantaron». La búsqueda de una alvariza, también conocido como alvar o cortín, fue el hilo conductor del programa. El caso de Julito era especialmente llamativo. Se enamoró de una madrileña que terminó mudándose con él a O Courel, repitiéndose así la historia de su madre, una andaluza que también recaló en la montaña lucense hace años. 

El joven se emocionó hablando de su madre, a la que definió como «una luchadora», con la que tiene una relación muy especial. 

Precisamente Rubina le dijo a Calleja de Evaristo de Froxán, otro enamorado de la zona que poseía una alvariza que terminó cediendo a Julito. Con la ayuda de varios vecinos, la restauraron y le dieron una sorpresa al joven, que ya puede proteger a sus abejas del oso. 

Otra de las historias más emocionantes del programa la protagoniza Matilde, técnica de empleo en el concello de O Courel y que regresó a su aldea tras estudiar la carrera de derecho en A Coruña. «Meus pais fixeron un esforzo moi grande para que puidera estudiar», explicaba. Calleja le preguntó si sus planes siempre fueron volver a su tierra, y ella decía que no, que le hubiese gustado ser jueza, pero que no podía afrontar más años sin trabajo y viviendo de sus padres, por eso regresó a O Courel. Allí se ha ocupado de cuidar a sus padres (su madre murió hace unos años), dejando de lado sus sueños. «Mi madre era todo ternura, todo lo que te enseñaba era con amor a las cosas. Yo hablaba con ella como una amiga y siempre me entendía, a pesar de la diferencia de edad. Su lema era el respeto a los demás y lo que soy se lo debo a ella», añadía, en otro de los momentos en los que los vecinos no podían aguantar las lágrimas. «En ningún momento he dejado de sentir su presencia, siempre está ahí», resumía Matilde. Antes de bajarse del helicóptero Calleja le hizo prometer que intentaría pensar más en ella misma y cumplir alguno de sus sueños, como viajar a India. «Me arrepiento de no desarrollar mi carrera como tenía pensado en un principio», añadía. «No sabes lo que te puede deparar el futuro, a lo mejor estoy aún a tiempo de hacer algo», decía. «Voy a empezar a pensar un poco en mí», afirmaba Matilde, que mostraba la dedicación de muchas mujeres de la zona, que sacrifican sus propios sueños para poder cuidar de su familia.  

Matilde también vivió un momento muy divertido con Jesús Calleja, que al entrar en su despacho vio una foto del actor Álex González, «el novio de los sueños de la almohada». El aventurero le dijo que iba a llamarlo y Matilde pudo hablar con él. «Álex, te voy a presentar a tu novia que no la conoces, pero es tu novia», le dijo el leonés. 

La mujer se mostró muy sincera con el presentador, al confesarle que pensaba que los famosos viajes en helicóptero eran un montaje. «Y yo que pensaba que esto no era real», le espetó. «Pero bueno, mujer, ¿cómo podías pensar que hacíamos montaje? ¿Tú pensabas que yo no era piloto?», le preguntaba. Ella explicó que pensó que solo movía las manos para que quedase bien, pero que realmente no pilotaba. 

Jesús Calleja también visitó la aldea do Mazo, un núcleo que estaba abandonado y que fue adquirido por Suso, que hizo una inversión inicial de 170.000 euros, pero que la final no la recuperarán «ni tres generaciones después». Carmen Galán fue una habitante de la aldea, antes de ser completamente abandonada. «Antes los grandes tenían que casarse con los grandes, era como ajustar una vaca», le contaba la mujer. 

El programa se grabó entre abril y mayo, cuando Jesús Calleja mostró varias imágenes en su Facebook de uno de los habitantes de O Courel, que contaba que nunca había salido de su pueblo. 

No es la primera vez que Jesús Calleja muestra en Volando Voy tierras gallegas. En temporadas pasadas dedicó un programa a Cabo Ortegal, donde se pudieron ver algunos de los habitantes más singulares de esta escarpada zona. 

En el 2017 viajó junto a Álex González a las Rías Baixas, desde donde mostró espectaculares imágenes