A partir del lunes habrá días soleados pero las temperaturas descenderán de forma muy notable
01 dic 2019 . Actualizado a las 15:55 h.Noviembre ocupará un lugar destacado en la historia de la climatología gallega. Muchas estaciones meteorológicas recogieron agua todos los días y algunas acumularon una cantidad de precipitación muy superior a la media. Pontevedra cerró el mes con 420 litros por metro cuadrado, justo el doble de lo que suele caer.
La situación atmosférica favoreció además intensos temporales de viento y olas. Las altas presiones de las Azores estaban retiradas hacia el sur y, sin escudo, las borrascas tenían vía libre para ir impactando una detrás de otra.
Los gallegos ya pueden respirar tranquilos porque diciembre ha puesto fin al diluvio. Hoy caerán algunos chaparrones, sobre todo durante la segunda mitad de la jornada. No se descarta que pueda nevar por encima de los 1.200 metros de altura. Será el último día de inestabilidad porque el patrón atmosférico cambia de forma inminente. Eso sí, la lluvia será sustituida por el frío.
A partir de este lunes reaparece el gran ausente de las últimas semanas, el anticiclón. Irá ascendido en latitud hasta situarse al norte de la Península. Esto garantiza un cambio en la circulación del aire. Los vientos húmedos del suroeste darán paso al nordés, cuya influencia suele ser sinónimo de sol. El cielo presentará grandes claros, especialmente en las provincias del sur. El paraguas por fin podrá quedarse en casa. Lo que sí que habrá que recuperar es la ropa de abrigo. Noviembre ha sido históricamente húmedo, pero también cálido, con valores más altos de lo normal. Ahora llega el tiempo seco, aunque gélido.
Aire polar continental
Las temperaturas irán cayendo de forma progresiva a lo largo de la semana hasta dejar el termómetro con cifras inferiores a la media. Mientras el anticiclón de las Azores se asienta entre el Reino Unido y Galicia, una borrasca se va a situar sobre el Mediterráneo. La posición de las altas y las bajas presiones creará un corredor polar continental que se encargará de arrastrar una masa de aire seco y muy frío.
En este nuevo escenario descienden de forma más notable las mínimas. De noche, sin nubes que puedan retener el calor que emite la Tierra en forma de radiación infrarroja, el termómetro caerá en picado, por debajo de los cinco grados de forma generalizada y con valores negativos en muchas comarcas del interior y las zonas de montaña. Esta semana se formarán intensas heladas, un fenómeno atmosférico que ha brillando por su ausencia este otoño tan lluvioso. Las máximas también serán bajas, permaneciendo por debajo de los 12 grados. Además, las nieblas y sobre todo el viento del nordés, que soplará con fuerza, favorecerán que el valor de la sensación térmica sea más bajo de lo que marca realmente la temperatura del aire. Los modelos meteorológicos señalan que esta influencia de las altas presiones se prolongará al menos hasta el próximo domingo.