«¡Hostia, pilotes!»: ¿Quién es Miquel Montoro y por qué todo el mundo habla de él?

M.V.

SOCIEDAD

Un «youtuber» mallorquín de 13 años conquista a Broncano y con él, a toda su audiencia

01 feb 2020 . Actualizado a las 17:23 h.

«¡Hostia, pilotes! ¡Oh, que són de bones! ¡M'encanten!». Este gran hit no es otra cosa que la exclamación de alegría de un niño que llega a su casa y se encuentra, al fuego, una contundente ración de albóndigas. Lo que pasa es que no es cualquier niño: es Miquel Montoro. El nombre, quizá, no le diga nada, pero pregúntele a sus hijos. Ahí sí. El chaval, todo un fenómeno en ese universo de vídeos de Internet en el que hoy se mueven los muchachos, tiene 13 años y es mallorquín, vive con sus padres y su hermana en una finca de Sant Llorenç rodeados de campo y animales, y cuenta con 178.000 suscriptores en su canal de Youtube y con más de 592.000 en su perfil de Instagram

Miquel es una enciclopedia andante del rural mallorquín, una extraña rareza viral que arrasa en Internet con su sabiduría popular. Tanto te habla de las naranjas (de cómo diferenciar las dulces de las ácidas, de cómo deben comerse, de que curiosamente la película blanca que las recubre es lo que «quita los resfriados») como de sembrar patatas o de cómo hacer una ensaimada, de sus vacas y de sus cerdos, de las fiestas de pueblo baleares. «Uep!, com va?», el popular saludo con el arranca todos sus vídeos, ya ha traspasado fronteras.

Puso en marcha esta aventura en el 2017, inaugurando su canal con un manual de uso de un motocultor, un tractor de un solo eje para trabajar la tierra que se conduce a pie mediante unos brazos de se denominan manceras. La clase magistral acumuló 68.822 visualizaciones y los medios locales pronto se dieron cuenta de que el carismático Montoro era una imán que acabaría convertido en una estrella de Internet. Las sospechas se confirmaron este jueves cuando el niño payés ocupó el sofá de La Resistencia para conversar con David Broncano

Ahora, es un fenómeno viral, una suerte de celebridad en su isla encantado con su papel de estandarte del rural. Pero antes de echar por tierra el muro generacional, Montoro las pasó canutas. Durante cuatro años sufrió acoso escolar. «Se reían de mí y me insultaban porque estoy un poco gordete», reconoció hace dos años en una entrevista en La Vanguardia. «No es fácil ver a tu hijo así», lamentaba entonces su madre. «Estuvimos muy cerca de él. Le dijimos que tenía que seguir adelante con sus ideas y sus convicciones siempre que no hiciera daño a nadie».

Así lo hizo. Sigue llevando su boina favorita, impermeable a la lluvia de mofas de sus compañeros. Habla en su idioma natal. Y reconoce simpáticamente que la primera palabra que dijo no fue ni «mamá» ni «papá», sino «tractor». A principios del año pasado, publicó un escueto stories en su cuenta de Instagram (publicaciones que solo se pueden ver durante 24 horas) sinceramente entusiasmado con el plato que su madre estaba preparando para comer. Su alegría ante las albóndigas no se hizo viral hasta este diciembre. «Solo es carne picada. Lo que más me gusta es la porcella (cochinillo)», reconoció entre risas este jueves en el programa de #0.

Por el plató de Broncano han pasado celebridades de la talla de Federer o Piqué, invitados polémicos como Yung Beef o La Zowi e ídolos adolescentes como Ester Expósito, Toteking o Mario Casas, pero de todos, el que más repercusión ha tenido en redes ha sido Miquel Montoro. El youtuber batió el récord de interacciones en Twitter del programa con solo anunciar su asistencia.

El niño de «¡Hostia, pilotes!» no defraudó. En el momento de los regalos -los invitados suelen plantarse en el plató con algún obsequio para Broncano-, Miquel Montoro desenfundó una longaniza casera que había hecho con sus propias manos. «Has tenido mucha suerte de que en el camino de Mallorca hasta aquí no me la haya comido», dijo, desatando la carcajada general.

Le bastaron 17 minutos para tener rendida a la audiencia a sus pies. Igual de espontáneo que en sus vídeos, contó que de pequeño se dormía con el ruído del tractor y que se subió por primera vez a uno a los tres años. Aprovechó también para llamar la atención sobre la precaria situación del campo: «Cada vez se consumen más productos súper procesados». Como solución, Miquel propuso a los telespectadores acudir a los mercados y comprar productos frescos y de proximidad, hacerles una foto y mandársela a través de Instagram. Eso. Demostrando que es mucho más que una frase.