Las infecciones por coronavirus, más frecuentes entre los 50 y 59 años

Zigor Aldama SHANGHÁI / COLPISA

SOCIEDAD

YVES HERMAN

Un análisis de 72.000 casos en China confirma que los hombres son más proclives a fallecer y que la mortalidad se dispara a partir de los 70 años

28 feb 2020 . Actualizado a las 15:48 h.

«Nuestro equipo ha hecho ajustes en el modelo de predicción inicial teniendo en cuenta las medidas impuestas por China y el hecho de que no ha habido una 'operación retorno' después de las vacaciones del Año Nuevo Lunar. Vaticinamos que el brote del coronavirus alcanzaría su punto culminante a mediados de febrero, y, desde el día 15, las infecciones se han reducido. Ahora, tenemos confianza en que la situación esté bajo control en abril». Así de seguro se declaró ayer Zhong Nanshan, el epidemiólogo que dirige la batalla de China contra el COVID-19, en una multitudinaria rueda de prensa a la que, a diferencia de los periodistas, acudió sin mascarilla.

Sus palabras pueden sonar triunfalistas si se tiene en cuenta cómo la epidemia se expande velozmente por otros países: estonia y Finlandia se sumaron ayer a la lista de territorios afectados y Japón ha decidido cerrar todos sus centros escolares hasta finales de marzo cuando ya se acerca al millar de infectados. Sin embargo, Zhong también hizo autocrítica. Aseguró que el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC), y no los políticos, debe jugar el papel más relevante en el combate de las epidemias, y denunció que no se destinen más recursos a la investigación a largo plazo de estos virus. Finalmente, se lamentó de que el mundo no se tomase en serio sus predicciones y lanzase otras mucho más catastrofistas que no se han materializado. Las estadísticas parecen darle ahora la razón. El miércoles, el gigante asiático informó de la muerte de 29 personas, el número más bajo de las últimas tres semanas, y solo sumó 440 nuevos casos. No obstante, los científicos no bajan la guardia y continúan tratando de entender mejor el peligro que supone el COVID-19. A ese respecto, un análisis de los 72.000 casos registrados en China permite sacar conclusiones sobre los segmentos de la población a los que más afecta. Y los datos dejan en evidencia grandes diferencias en la mortalidad.

Según el análisis de los especialistas, la neumonía atípica mata al 2,3% de quienes la contraen. Un porcentaje muy superior al de la gripe común y también más elevado que el 0,7% calculado por la Organización Mundial de la Salud. Eso sí, la media esconde grandes diferencias según la edad y el sexo. Los hombres son más proclives a fallecer -un 2,8%- que las mujeres -un 1,7%-, las infecciones son más numerosas entre los 50 y 59 años, ningún niño con menos de nueve años ha perdido la vida -los menores de 20 solo representan el 2% de los infectados- y la mortalidad se dispara a partir de los 70 años: es de un 8% para quienes tienen menos de 80, y del 14,8% para quienes superan ese listón.

Sin mutación

Las dolencias preexistentes también son un gran factor de riesgo: quienes sufren enfermedades cardiovasculares sucumben en un 10,5%, mientras que los diabéticos registran una mortalidad del 7,3% y quienes están aquejados de cáncer, un 5,6%. No obstante, un tercio de los fallecidos están totalmente sanos. Y los analistas también consideran relevante que la mortalidad sea nula entre quienes sufren solo los síntomas más moderados de la neumonía y, en cambio, se dispare entre los pacientes que ingresan en la UCI: la mitad fallece. La capacidad de contagio del virus es muy elevada, pero, afortunadamente, no ha mutado.

Todos estos datos se reciben también con mucho interés en Corea del Sur, que el miércoles se hizo con el triste liderazgo mundial de contagios al superar a China en el número de nuevos casos registrados: 505 que elevan el total a 1.766. Trece surcoreanos han muerto ya. Curiosamente, Zhong afirmó que, a pesar de que los primeros casos del coronavirus se detectaron en China, el virus podría haber surgido en alguna otra parte.