Galicia fue en el siglo XIX la puerta de entrada de algunas enfermedades como el cólera. Durante la pandemia de la gripe de 1918 hubo hasta cuarenta entierros cada día en ciudades como Santiago
12 mar 2020 . Actualizado a las 10:35 h.La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó ayer de que, tras los numerosos casos de contagio del coronavirus, la actual crisis sanitaria ha subido de nivel, de epidemia a pandemia. Esta declaración no cambia las medidas ni recomendaciones. Refleja el alcance de la enfermedad, con más de 120.000 personas contagiadas y más de 4.200 muertos. «Hablamos de epidemia para referirnos a una enfermedad que afecta a un país y de pandemia cuando se extiende a varios países. La palabra pandemia asusta mucho y por eso desde la OMS han esperado a ver la evolución antes de declararla», dice Juan Jesús Gestal, profesor emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago.
La lista de pandemias que afectaron a la humanidad es muy amplia. En la Edad Media la peste y la lepra. En el Renacimiento proliferaron el tifus, la difteria y la sífilis. En el siglo XVIII el paludismo, la viruela, el sarampión, la fiebre amarilla y el dengue. En el XIX el cólera y la tuberculosis. En el XX las gripe de 1918, 1957 y 1968, la poliomielitis, el VIH. En lo que va de siglo XXI, el SARS, la gripe A, el Zica y el COVID-19. «El origen suelen ser infecciones o enfermedades que afectan a los animales y que se contagian a los humanos consiguiendo adaptarse a la transmisión interhumana. En este grupo se incluye el coronavirus», apunta Gestal.
Algunas llegaron a diezmar drásticamente el número de habitantes del planeta. Los virus empezaron a tener un impacto notable sobre la salud tras la invención de la agricultura. Mientras los pueblos eran nómadas no había posibilidad de extenderlas. Cuando empezaron a concentrarse en grandes urbes, los virus comenzaron a causar verdaderos estragos.
Plaga de Justiniano
Se declaró en Egipto en el año 541 después de Cristo y se propagó por Palestina, Grecia, el Mar Negro y Constantinopla. Después alcanzó el norte de África y desde allí se extendió por toda Europa. Se cree que el virus pudo ser la viruela o incluso la peste bubónica. En el momento álgido llegaron a fallecer más de diez mil personas cada día. Hasta el año 590 siguieron sucediéndose algunos brotes que acabaron con el 25 % de la población.
Peste negra
Afectó a Europa en el siglo XIV y terminó con la vida de un tercio de la población del viejo continente. Se estima que el número de fallecidos alcanzó los 80 millones. La teoría más aceptada sobre el origen de la enfermedad apunta a un brote causado por la bacteria Yersina Pestis. Se propagó debido a las escasas condiciones de higiene que había en la Edad Media. El vector animal fueron las ratas que proliferaron en aquel ambiente tan poco saludable.
Pandemia Americana
Cuando Cristóbal Colón y sus hombres llegaron a América llevaron consigo un ejercito enteró de parásitos, pulgas, gérmenes, bacterias, y enfermedades a las que ellos ya eran inmunes. Pero no los nativos americanos. Hoy se estima que como consecuencia del contacto con los europeos fallecieron unas cincuenta millones de personas. Proporcionalmente al número de habitantes esta fue la peor pandemia de todos los tiempos. La población indígena de América no recuperaría las cifras anteriores a la colonización hasta 1750.
La hipótesis de Ruddiman
Algunos científicos como el paleoclimatólogo William F. Ruddiman de la Universidad de Virginia aseguran que durante estas tres grandes pandemias la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera descendió de forma notable. Cada vez que daba comienzo una de estas enfermedades el abandono de las granjas era masivo y no volvían a ser ocupadas durante décadas, o incluso siglos. Sin presencia de los seres humanos la vegetación tomó el control de las tierras y su crecimiento retiraba el CO2 atmosférico de forma abundante. Tanto que la temperatura media del planeta descendió.
Enfermedades en Galicia
La comunidad gallega padeció la mayoría de esas pandemias que provocaron sufrimiento y muerte. En algunos casos como el cólera de 1833 fue incluso la puerta de entrada en España. «El primer caso fue un carpintero de playa contagiado por los mercenarios polacos que venían a luchar a favor de uno de los contendientes en la guerra civil portuguesa. Galicia también fue víctima de otras como la tuberculosis o la gripe de 1918. Las provincias más afectadas fueron A Coruña y Ourense. En Santiago hubo días de hasta cuarenta entierros, y ya no se tocaban las campanas para no asustar a los enfermos», señala Gestal.
Nuevo contexto
Muchas de las grandes epidemias son historia gracias a la ciencia. «El desarrollo de las vacunas han permitido erradicar la viruela y muy pronto la polio. También han conseguido eliminar el sarampión que ahora ha vuelto a emerger por la no utilización de la vacuna. Además, los antibióticos han permitido salvar muchas vidas y en los últimos años, como respuesta a la emergencia de muchas enfermedades virales, se han desarrollado agentes antivirales. Con algunos de ellos se están llevando a cabo ensayos clínicos para probar su eficacia frente al covid-19 de los que esperamos tener resultados en un plazo corto», sostiene el experto.
El coronavirus no representa ninguna amenaza nueva para los seres humanos, pero sí se desarrolla en un contexto completamente diferente. En la sociedad tecnológica no hay fronteras para las personas, pero tampoco para las enfermedades. «En los años 90 se tomó conciencia de esta nueva realidad al acuñarse el término Enfermedades Infecciosas Emergentes para referirse a las infecciones producidas por nuevos agentes y a aquellas otras ya conocidas que creíamos controladas y que han vuelto a emerger en el escenario actual», asegura el especialista.