Si España sigue el camino de Italia, lo más duro de la crisis aún está por llegar

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Un grupo de legionarios controla las calles de Ronda para tratar de que se cumpla el confinamiento decretado
Un grupo de legionarios controla las calles de Ronda para tratar de que se cumpla el confinamiento decretado JON NAZCA | Reuters

El país transalpino suma más muertos que nunca en un día y el nuestro, más casos

19 mar 2020 . Actualizado a las 15:55 h.

Si España sigue el camino de Italia, lo peor de la epidemia por coronavirus aún está por llegar. Lo había advertido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando destacó que quedaban «semanas duras» por delante. Y la evolución de los datos italianos parece avalar su vaticinio. Ocho días después de que el primer ministro transalpino, Giuseppe Conte, decretase el confinamiento absoluto de todo el país -dos días antes se había ordenado el cierre de toda Lombardía y 14 provincias más-, la epidemia sigue sin dar un respiro. Más bien todo lo contrario. Continúa la línea ascendente y no logra verse todavía el efecto positivo de las medidas extremas que se han tomado.

La cruda realidad revela que Italia registró la cifra más alta de muertes en un solo día desde el inicio de la crisis sanitaria. Son 475 más, lo que eleva el número total de fallecidos a 2.978. La cifra de afectados tampoco parece haber alcanzado el pico, con 2.648 más con respecto al día anterior para contabilizar 35.713.

Si esto es lo que sucede en Italia, la pregunta es obvia. ¿Ocurrirá lo mismo en España, que hasta la fecha ha mostrado una evolución similar? De momento, la expansión del virus en nuestro país no solo continúa imparable, sino que en las últimas 24 horas ha registrado su peor cifra. Ayer, a las ocho de la noche, se identificaron un total de 14.700 casos, lo que significa 2.874 más que a la misma hora del día anterior. La peor cifra. Y ya es más que Italia. En el aspecto positivo, las muertes detuvieron ligeramente su evolución. Son 105 más, lo que contabiliza una cantidad absoluta de 638.

Este primer análisis parece indicar que el pico en España aún se halla lejos y que lo peor está por llegar, pese a que toda la población lleva confinada desde la madrugada del pasado sábado. Una medida que se tomó cinco días después de que fraguase en Italia. Es pronto, por lo tanto, para esperar un posible impacto positivo.

La clave, por tanto, para que España no siga el mismo camino que Italia dependerá en gran medida de la colaboración ciudadana. O, lo que es lo mismo, de que los ciudadanos cumplan escrupulosamente la orden del Gobierno de quedarse en casa, salvo para ir a trabajar en los casos que no pueda hacerse a distancia, para hacer la compra o acudir al médico. Ya lo había advertido el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, quien indicó que si la población cumple «a rajatabla» con las medidas en cuatro o cinco días podría notarse un efecto positivo. La clave para confirmarlo serán los nuevos datos que se conocerán entre hoy y mañana. Esta hipótesis, sin embargo, resulta demasiado optimista, ya que otros expertos coinciden en que probablemente será necesario esperar más tiempo para que se aplane la curva de crecimiento de los contagios.

Confinamiento flexible

En Italia, pese al decreto del Gobierno, sus ciudadanos parece que se han tomado el confinamiento de una forma un tanto laxa. Así lo revela, por ejemplo, un estudio hecho en Lombardía, el epicentro de la crisis, que indica que hasta un 60 % de los desplazamientos de la población son injustificados. Ello llevó al presidente de la región, Attilio Fontana, a advertir de que «dentro de poco» el sistema sanitario no estará «en condiciones de dar una respuesta a quien enferma», por lo que rogó encarecidamente a la población que no salga de sus casas o, de lo contrario, se tendrán que aplicar medidas más estrictas.

En España, hasta la fecha, han sido dadas de alta 1.081 personas (el 8 % de los casos) y la tasa de infectados es de 28 por 100.000 habitantes. Fernando Simón desveló que los casos graves suponen el 5,6 % de los diagnosticados, aunque ha apuntado que su distribución es muy desigual entre las comunidades.