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«Non é momento de burocracia, non damos abasto, necesitamos axuda»

Maite Rodríguez Vázquez
Maite Rodríguez OURENSE / LA VOZ

SOCIEDAD

La UME se desplaza a la residencia de Celanova, muy afectada por los contagios
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Cándida Andaluz

La residencia de mayores de Celanova, que es el principal foco de contagio en Ourense, tiene solo cuatro trabajadoras que claman por soluciones urgentes

16 may 2020 . Actualizado a las 21:33 h.

«Necesitamos máis mans, necesitamos axuda. A burocracia e o papeleo xa o faremos mañá ou pasado ou dentro de quince días. Non damos abasto». Las cuatro trabajadoras que quedan en la residencia de ancianos San Carlos de Celanova han salido a la puerta del centro —al que acaba de llegar la UME— para hacer pública su situación. Tienen que atender a 54 personas después de que el grueso de sus compañeros dieran positivo en coronavirus, motivo por el que están recluidos en sus domicilios. En estos momentos es el principal foco de contagio de la provincia. Una de sus residentes falleció la semana pasada tras ser trasladada al CHUO y ahora hay 25 contagios entre usuarios y empleados. 

«Estamos traballando os que damos negativo, que pronto daremos positivo porque estamos soportando unha carga viral moi importante», explicaba una de las trabajadoras, Sonia Opazo. «Non temos médico nin enfermeira. Somos auxiliares de enfermería, estamos dando o callo para que esta xentiña estea atendida. Que reflexionen alá arriba. Non é momento de burocracia», manifestó esta profesional, que es trabajadora social. Tras sus declaraciones, ejerciendo provisionalmente de portavoz de sus compañeras, otra de las trabajadoras mostró su preocupación por lo que puede pasar: «Se non nos sacan vai morrer moita xente, nós e as nosas familias polo camiño. Hai que sacalos a un lugar seguro que salvar vidas, que se poden salvar. Non podemos máis». 

El Concello de Celanova sigue pidiendo a la Xunta una solución para dotar de personal a la residencia. Sin embargo, la administración autonómica no ofrece una salida inmediata. La Consellería de Política Social aduce que no tiene la competencia oficialmente para asumir a gestión de las residencias, aunque así pareciera deducirse de la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la conferencia con los presidentes autonómicos. Esa medida no consta por escrito, explican fuentes de la Consellería. Lo que se mandó a los consejeros autonómicos fue una carta el domingo por la mañana de la secretaría de Estado de Asuntos Sociales. «Se van a dar instrucciones para que aquellos centros residenciales que se encuentren en circunstancias en las que se ponga en grave peligro la integridad y el sostenimiento del servicio que prestan, deban comunicar de inmediato la situación a la Delegación o Subdelegación de Gobierno que corresponda, así como a las correspondientes Consejerías de Servicios Sociales de la Comunidad Autónoma, a fin de recabar el auxilio urgente de la Unidad Militar de Emergencias, de Sanidad Militar y de Protección Civil», recoge esa misiva del departamento del vicepresidente segundo. De ahí, la solicitud de intervención de la UME. 

A la residencia San Carlos llegaron profesionales de la Unidad Militar de Emergencias que ya están trabajando para desinfectar el entorno de las instalaciones. La decena de efectivos, concretamente nueve, llegados desde León con tres vehículos se ocuparon de limpiar el exterior y el interior, zonas comunes, del geriátrico, con un desinfectante pero no de la atención global a los mayores, como esperaban la administración local y autonómica. Al terminar la misión que les habían ordenado, se fueron.

Fuera, el alcalde, Antonio Puga, no se despega del teléfono hablando con los responsables de la Xunta o Subdelegación del Gobierno para que den una solución pronta. Desde Política Social indican que la atención a esta residencia es prioritaria y que se buscarán alternativas si no se resuelve por quien tiene las competencias.

Lo que necesita este centro en este momento es personal para atender a los residentes, sanos y contagiados, y material de protección. Hasta el domingo carecían de mascarillas. Les llegó una partida de 500. Sin embargo, no es un equipamiento suficiente para atender a personas que portan el virus,consideran desde el órgano rector. «Iso é algo preventivo, pero neste momento fai falta material como batas de protección, gorros e gafas», incide Cesáreo Iglesias, cura de Celanova y miembro nato del Fundación San Carlos que rige esta institución de carácter privado. 

«A ver se damos atopado a alguén para traballar», apunta el párroco de Celanova, que relaciona esta búsqueda de personal con la aportación del material necesario para poder atender a las personas contagiadas de forma segura. Los mayores contagiados que se han quedado en la residencia -trece personas- no tienen síntomas graves por ahora. Fiebre de 37 º o de 38 º en algún momento. Más de la mitad de los residentes superan los 85 años de edad y alguno llega hasta los 102, indica Cesáreo Iglesias.

El Sergas garantiza que los usuarios de esta residencia como de las demás continuarán estando atendidos sanitariamente, por los médicos que tengan asignados en su centro de salud y que se harán los traslados al hospital o las visitas a domicilio que se requieran. El organismo sanitario también está coordinando la respuesta asistencial, el aislamiento y los protocolos que se deben llevar a cabo con las personas infectadas regulados por una orden del Ministerio de Sanidad para unificar la atención a las personas mayores en los centros que cuenten con infectados por COVID-19.