Afecta a los no nacionales aunque tengan visados o permisos de residencia válidos
26 mar 2020 . Actualizado a las 18:43 h.El Gobierno chino ha decidido cerrar temporalmente sus fronteras desde este sábado a todos los no nacionales, incluso a los que tengan visados o permisos de residencia válidos a fecha de hoy. Solo se excluye de esta prohibición al personal diplomático, de servicio, de cortesía o a los miembros de tripulación aérea, trenes o buques.
En el caso de extranjeros que tengan que entrar en el país por necesidades económicas, comerciales, científicas, tecnológicas o humanitarias, tendrán que volver a solicitar nuevos visados en las embajadas o consulados chinos. Los documentos emitidos a partir del día de hoy sí serán válidos para entrar en el país.
Según afirma el comunicado, esta suspensión es una medida temporal ante la emergencia del COVID-19 en otras partes del planeta y basada en las prácticas de otros países, y se trata de una medida que será calibrada dependiendo de la evolución de la situación.
En España, de hecho, los centros oficiales de expedición de visados en Madrid y en Barcelona anunciaron su cierre desde el pasado día 24 hasta nuevo aviso.
Después de haber erradicado los casos domésticos por coronavirus en el país y anunciar la relajación de las medidas internas, al Gobierno del gigante asiático le preocupa ahora el aumento de los casos importados, que suponen los únicos nuevos contagios detectados.
Ya en las últimas semanas se habían impuesto cada vez más restricciones y condiciones a la entrada de extranjeros en el territorio chino. Al principio se exigía a los visitantes desde el exterior pasar una cuarentena obligatoria de 14 días en sus domicilios (si disponían de uno y vivían solos) o en hoteles designados por el Gobierno y que corrían a cuenta del afectado.
Solo unos días después, el Gobierno de Pekín comenzó a desviar los vuelos provenientes desde el extranjero a la capital hacia otras ciudades intermedias para someterse a un control de salud antes de coger un nuevo vuelo hacia su destino final.
La suspensión de la entrada a extranjeros supone un paso más allá en el control de la epidemia del coronavirus, que, desde hace unas semanas, tiene su epicentro en Europa y no ya en la ciudad de Wuhan como al principio.