El comité de Urbaser reprende a los que dejan la basura en la calle

SOCIEDAD

César Toimil

Los trabajadores barajan medidas contra una práctica que supone un grave riesgo

28 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los trabajadores de la empresa Urbaser manifiestan estar hartos de la práctica habitual de una gran cantidad de vecinos del centro de Ferrol de depositar las bolsas de basura al lado del portal, teniendo los contenedores a diez o quince metros. Según el presidente del comité de empresa, Jesús Vázquez Montenegro, esta costumbre incívica se mantiene a pesar del estado de alarma por la pandemia del coronavirus y las medidas que se han implantado para evitar los contagios. Y es que el personal que se encarga de recoger la basura se enfrenta a diario a graves riesgos al tener que recoger las bolsas de residuos con las manos, cuando la ciudadanía está obligada a depositarlas en los contenedores, de los que pasan directamente a los camiones recolectores sin ninguna manipulación.

La mayoría de los ferrolanos están siguiendo las recomendaciones efectuadas por el Concello y el propio personal del servicio, pero en el barrio de A Magdalena sigue habiendo gente que opta por la comodidad de dejar la bolsa al lado de la puerta. Según explica Montenegro, este tipo de comportamientos provoca que todas las noches un operario tenga que recorrer las calles longitudinales del centro de la ciudad -los camiones tienen establecida la ruta por las transversales- recogiendo las bolsas de desperdicios puerta a puerta para depositarlas en los contenedores que hay en los cruces. «Ese trabajador está corriendo riesgos innecesarios, ya que existe la posibilidad de que los residuos sean de alguien que está infectado», apunta el presidente del comité de empresa de Urbaser, añadiendo que si la gente no reacciona y no se pone coto a esa peligrosa e incívica práctica, «tendremos que ser nosotros los que pongamos el remedio». En esta línea, apuntó que ya se están analizando medidas que podrían poner en práctica.

Riesgos para el servicio

El hecho de que un trabajador de Urbaser se contagie podría tener consecuencias mucho más graves que el daño que pueda sufrir el propio afectado, ya que incluso podría conllevar la paralización del servicio de recogida de basuras y limpieza viaria. Para evitar esa posibilidad, la empresa ya ha tomado medidas, de forma que mientras la mitad de la plantilla trabaja la otra mitad está de retén, a fin de garantizar que no mantengan contactos entre ellos y que siempre haya un grupo disponible. Además, los que entran de servicio lo hacen en intervalos de 15 minutos.

Todo los trabajadores disponen de los medios de protección personal necesarios, tales como guantes, mascarillas y líquido desinfectante, pero, según Montenegro, todas las medidas son pocas siempre, y más cuando se están recogiendo residuos de toda la población o limpiando los espacios públicos más frecuentados.

Bolsas bien cerradas

«Lo estamos pasando muy mal, la gente tendría que venir al trabajo con nosotros para ver cómo es», manifiesta el presidente del comité, quien insiste en que «es impensable que en pleno siglo XXI sigan depositando la basura en la calle por no ir a un contenedor que está a quince o veinte metros». Explica que, como la recogida se está realizando en días alternos, se ha reforzado el número de contenedores con otros sesenta a mayores, y que, en caso no haber espacio, la bolsa tiene que depositarse la lado y siempre bien cerrada.

Doble bolsa para los residuos de los infectados

El alcalde Ferrol, Ángel Mato, emitió recientemente un bando con recomendaciones destinadas al manejo de los residuos en hogares con personas infectadas por el coronavirus. El personal de la empresa Urbaser incide en la necesidad de seguirlas a rajatabla, para facilitar el correcto funcionamiento de la recogida de la basura mientras esté en vigor el estado de alarma.

Las recomendaciones pasan por la determinación de que los residuos del paciente no se pueden reciclar y deben introducirse en una bolsa de plástico colocada en un cubo de la basura, preferentemente con tapa y pedal de apertura, que debe estar en la habitación del paciente. Esa bolsa debe cerrarse e introducirse en otra, en la que también se introducirán los guantes y la mascarilla utilizador por el cuidador, cerrando también esta segunda bolsa antes de salir del cuarto.

Esta bolsa deberá de introducirse en la de los residuos domésticos de la vivienda y la persona que la manipuló tendrá que lavarse concienzudamente las manos con jabón y agua al menos durante cuarenta segundos.

Esta basura tendrá que depositarse en el contenedor de residuos orgánicos y está terminantemente prohibido hacerlo en los colectores de la recogida selectiva o «su abandono en la vía pública», según estipula el bando de la Alcaldía.

En los domicilios en los que haya ningún miembro en cuarentena o enfermo se seguirán las habituales normas para facilitar el reciclaje de los resíduos, pero se aclara que los guantes de látex o nitrilo no deben depositarse en el contenedor amarillo, sino que tienen que ir a parar al de los restos