
La serie documental «Nuestros orígenes» explica cómo el médico francés combatió la Peste Negra con una idea revolucionaria
05 abr 2020 . Actualizado a las 19:52 h.Michel de Notre Dame (1503-1556), conocido como Nostradamus, ha pasado a la historia por sus predicciones sobre el futuro. Uno de sus intereses era la astrología, una ciencia que permitía anticipar eventos que no habían sucedido todavía, aunque no como uno piensa y mucho menos como se hace en la actualidad con los horóscopos y otras practicas pseudocientíficas. Desde la antigüedad, la observación de los astros ayudaba a prever el paso de las estaciones. Solo los más sabios podían ejercer esta disciplina y quienes lo hacían eran realmente científicos. En algún momento empezaron también a pronosticar el destino de los reyes y los pueblos y la astrología fue alejándose de la realidad. Pero que Nostradamus hablase sobre el futuro encaja con su perfil.

En 1555 publicó Les Prophéties, una obra que incluye 942 cuartetas poéticas que predicen acontecimientos que sucederán hasta el año 3797, cuando supuestamente se acabará el mundo. El contenido del libro ha sido interpretado de mil formas diferentes y solo así se explica la repercusión. A pesar de que no menciona eventos concretos hay quien piensa que predijo sucesos como el ascenso de Hitler, la Segunda Guerra Mundial y los atentados del 11 de septiembre. Ahora algunos creen que entre sus predicciones para el 2020 aparece el coronavirus.
Pero el francés fue algo mucho más importante que el profeta más famoso de la historia. Creció, como otros muchos europeos, en los años de la Peste Negra, una de las enfermedades más mortíferas de todos los tiempos. De joven ya sintió curiosidad por el arte de la curación, ejerciendo de boticario y formándose como médico en la Universidad de Montpellier.
Nostradamus sufrió en primera persona el drama de la Peste Negra, perdiendo a su primera mujer y a dos hijos. Dedicó su vida a combatir la epidemia tal y como recoge la serie documental Nuestros orígenes, producida por National Geographic y disponible en la plataforma Disney +.
Para acabar con un enemigo tan poderoso Nostradamus usó la herramienta más poderosa al servicio de la humanidad, la ciencia. Analizó la enfermedad, sacó conclusiones sobre su posible origen, formuló una hipótesis para erradicarla y finalmente propuso una solución. Su idea era tan sencilla como revolucionaria, tal y como destacan los expertos que intervienen en el capítulo Engañando a la muerte. La clave estaba en la higiene. En el 2018 la prestigiosa revista PNAS publicó un artículo en el que investigadores de la Universidad de Oslo sugieren que las pulgas y los piojos que vivían en los humanos, y no las ratas, estaban detrás de la propagación de la enfermedad.
El neurocientífico norteamericano Rahul Jandial lo explica en una de las intervenciones de la serie: «colaboró en la extinción de la plaga porque hizo que se enterrasen a los muertos y la gente hirviera el agua. Esto ayudó a crear a una nueva conciencia sobre la limpieza y su relación con la salud. A partir de ahí se crearon los primeros espacios sanitarios y se hizo patente la necesidad de un alcantarillado para llevarse los deshechos humanos lo más lejos posible de las ciudades. En mucho sentidos, ese fue el mayor invento de la medicina». Nostradamus también diseñó un medicamento para frenar los síntomas. Era una píldora rosa enriquecida a base de escaramujo seco, el fruto del rosal silvestre o rosa canina, el segundo con más vitamina c del mundo, después de la acerola.
La revolución de las vacunas
En este episodio también se menciona la revolución que supuso la teoría microbiana de las enfermedades, que dio paso a la invención de las vacunas, y de los científicos que la llevaron a cabo, como el microbiólogo alemán Robert Koch. Las vacunas acabaron con la elevada mortalidad infantil que había hasta comienzos del siglo XX y que obligaba las mujeres a tener muchos hijos, ya que algunos no llegaban a la edad adulta. «Esto evitó que las mujeres tuvieran una vida fuera de sus familias, pero gracias a las vacunas podemos estar seguros que los hijos que vamos a tener sobrevivirán. De repente solo hacía falta tener uno o dos hijos. Las mujeres dejaron de ser máquinas de fabricar hijos y así surgió el feminismo», sostiene la historiadora Amanda Foreman que aparece en esta gran serie, muy recomendable para el confinamiento.
