La latitud de los caballos, el lugar donde no existe el viento

SOCIEDAD

Fotograma de Master and Commander
Fotograma de Master and Commander

Entre la latitud 30 y 60 grados norte y sur hay una zona donde el aire no sopla.

07 abr 2020 . Actualizado a las 12:03 h.

Cuando la energía procedente del Sol llega a la Tierra no se reparte de forma equitativa debido a la inclinación de 23,5 grados del eje de rotación terrestre que produjo el impacto de un objeto del tamaño de la Luna hace cuatro mil millones de años. Las zonas que reciben más radiación solar son las ecuatoriales, donde el aire que parece hervir tiende a ascender y produce una región de inestabilidad atmosférica perpetua. Un cinturón de nubes de tormenta rodea al mundo en el ecuador. Se llama zona de convergencia intertropical y concentra el ochenta por ciento de las tormentas diarias en el mundo. Cada día se producen unas dos mil tormentas que descargan alrededor de seis millones de rayos.

En la latitud cero también se pone en marcha la circulación global del aire, que trata de equilibrar el contraste térmico entre el ecuador y los polos. El aire caliente que sube alcanza una determinada altura en la atmósfera y comienza a moverse hacia el norte y el sur. Cuando se enfría lo suficiente regresa a la superficie, generando altas presiones. Esto ocurre a unos 30 grados de latitud en cada uno de los hemisferios. Ahí se encuentran los cinturones de anticiclones como el de las Azores, de tipo permanente. Esto quiere decir que siempre están en la misma zona pero que pueden moverse hacia el norte y el sur dependiendo de la época del año. En el hemisferio boreal, el anticiclón de las Azores forma parte de la conocida como célula de Hadley. La siguiente célula de aire está entre los 30 y 60 grados norte y se llama Ferrel. En ella vive el ochenta por ciento de la población mundial.

 

Entre estas dos células están las calmas ecuatoriales, donde el viento apenas sopla. Ocurre algo parecido a lo que sucede dentro del ojo de un huracán, un fenómeno que lleva asociado vientos muy fuertes. Sin embargo en la región central de estos gigantes de la atmósfera existe una encalmada.

Esta zona del planeta ha pasado a la historia como la latitud de los caballos. Un término que se remonta a la época de los viajes al nuevo mundo. Cuando los antiguos barcos de vela atravesaban esas regiones sin viento quedaban atrapados durante semanas, un contratiempo que ha reflejado muy bien la obra maestra del cine Master and Commander. Cuando la tripulación agotaba los suministros de comida y de agua se veían obligados a tirar los caballos por la borda para evitar alimentarlos y también para aligerar peso e intentar aprovechar alguna brisa. Aunque tal y como explica el largometraje esa situación no es eterna. Las embarcaciones podían permanecer mucho tiempo sin poder moverse, pero en algún momento volvía a soplar el viento.