El control de accesos no logra frenar del todo la llegada de foráneos

SOCIEDAD

CESAR TOIMIL

En las villas costeras tienen constancia de la ocupación de segundas residencias

07 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni la orden de confinamiento ni los reiterados controles efectuados por las policías locales y la Guardia Civil logran frenar la llegada de foráneos, sobre todo de Madrid, a los municipios más turísticos de las comarcas de Ferrol, Eume y Ortegal. En villas como Ares, Cabanas, Pontedeume, Valdoviño, Cedeira, Cariño y Ortigueira tienen constancia de la ocupación de segundas viviendas por parte de sus dueños, que residen fuera de Galicia. Algunos ya aprovecharon el puente de San José para quedarse y otros llegaron la última semana a cuenta gotas, se cree que durante la noche, precisamente para esquivar los controles.

Pero lo que es más grave es que no todos vienen con la pretensión de seguir con el confinamiento en las viviendas que, mayoritariamente, solo utilizan durante las vacaciones de verano. Así lo constata el alcalde de Ortigueira, Juan Penabad Muras, que manifiesta haber recibido llamadas de vecinos de Espasante alertando de que hay foráneos disfrutando del aire libre por el paseo marítimo o la playa. El regidor de Cabanas, Carlos Ladra, también tuvo conocimiento de que vecinos que se encargan del mantenimiento de segundas residencias recibieron encargos de preparar el barco o la finca, porque los dueños iban a venir.

Este hecho demuestra que los controles policiales, que se están realizando de forma exhaustiva para evitar la entrada de personas procedentes de zonas en las que la pandemia del coronavirus tiene una mayor incidencia que aquí, no están logrando el objetivo esperado.

Algunos alcaldes ya han trasladado esta preocupación a la Delegación del Gobierno. Es el caso del regidor cabanés, que ha solicitado que se incrementen los controles de movilidad, porque han detectado que hay gente en segundas residencias, que previsiblemente llegaron el viernes y el sábado por la noche. De hecho, ya alertaron a la Guardia Civil sobre algunas de esas viviendas, a fin de que sancionen a los que no puedan demostrar que es la residencia habitual.

El alcalde de Pontedeume, Bernardo Fernández, también habla de «movimientos» en la zona de la playa de Ber, pero también en el casco urbano y no solo de gente de fuera de Galicia, sino de otros puntos de la comunidad autónoma, con la influencia también de los desplazados en el vecino municipio de Cabanas, que suelen hacer vida en la villa de los Andrade. De hecho, el pasado domingo se formularon cinco denuncias a personas que no tenían justificación para estar en la calle. Lo que se está comprobando es si los de las segundas residencias ya estaban aquí antes o se han trasladado después de que se decretase la orden de confinamiento, que también es sancionable.

También gente de la comarca

En Valdoviño, su regidor, Alberto González, constata, asimismo, la ocupación de segundas residencias, pero no solo por madrileños, sino también por gente de la comarca. La Guardia Civil se encarga de controlar esas estancias y ayer contó con el respaldo de personal de Infantería de Marina, identificando a la gente que acudía a los supermercados, para confirmar si están o no empadronados en Valdoviño.

En Ares también se ha confirmado la llegada de gente la semana pasada. El alcalde, Julio Iglesias, asegura que la Policía Local y la Guardia Civil están visitando las segundas residencias ocupadas, identificando a los dueños y, si procede, formulando denuncia.

En el caso de Ferrol, la afluencia de visitantes en estas fechas suele ser de gente que se hospeda en hoteles, que están cerrados, y que viene a ver la Semana Santa, que este año no se celebra, por lo que, según la Policía Local, no se nota movimiento.

En Cedeira denunciaron a un madrileño que llegó el viernes y ya tenía a la familia aquí

El alcalde de Cedeira, Pablo Moreda, manifestaba ayer que los primeros en advertir al Concello de la presencia de foráneos fueron los empleados de los supermercados. A pesar del estricto control de la Policía Local y la Guardia Civil, varias familias han logrado burlar la vigilancia y asentarse en sus segundas residencias, «porque no podemos mantener la guardia las 24 horas», apuntó el regidor, añadiendo que, no obstante, el pasado viernes se logró interceptar a un madrileño que llegaba, pero su familia ya estaba aquí. «No los podemos devolver a Madrid. Lo único que podemos hacer es comprobar si están empadronados y denunciarlos», señaló Moreda, apostillando que «en verano los esperamos con los brazos abiertos».

El que no tiene tan claro que deban seguir aquí es el alcalde de Ortigueira, Juan Penabad, que se muestra dispuesto a «hacer todo lo posible para que vuelvan para Madrid». A su modo de ver, «esta gente tiene que regresar a su domicilio, porque una multa de 600 euros no les supone nada, y aquí los vecinos lo están pasando muy mal», apuntó, refiriéndose a que la semana pasada se descubrieron varios positivos de coronavirus en la villa. Según Penabad, este fin de semana llegaron varios, no se sabe a qué hora, «pero alguno salió después a la compra en un Porsche».

Por su parte, el alcalde de Cariño, Miguel Alonso, asegura que no se notó un movimiento especial en la villa en cuanto a la llegada de foráneos, pero que algunos madrileños ya habían aprovechado el puente de San José, se quedaron y siguen aquí.