Todo apunta a que la fiesta de las hogueras se suspenderá, aunque el Ayuntamiento espera las indicaciones del Gobierno. La regata está en riesgo y varias tripulaciones se han retirado
08 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La fiesta de San Juan, la más multitudinaria del verano coruñés, pende de un hilo por la pandemia del coronavirus, y ese hilo se está deshilachando a toda velocidad.
Varios ayuntamientos, como el de Cádiz, ya han suspendido la noche de las hogueras. Otras ciudades están haciendo lo mismo con sus grandes atracciones del verano. Es el caso de Vigo, que canceló el lunes el Marisquiño. O Alicante, que ayer renunció a todas las fiestas previstas en junio.
En A Coruña, el gobierno local aún no ha tomado una decisión similar. Desde María Pita se insiste en la «prudencia» y en que se esperará a los próximos decretos del Gobierno central para decidir. El confinamiento continuará por ahora hasta el 26 de abril, pero el presidente Pedro Sánchez ha dicho que irá más allá y se retirará de forma gradual. Se prevé que ese día se apruebe un nuevo decreto para prorrogar el estado de alarma o modificarlo, y casi con seguridad será entonces cuando en A Coruña se decida.
Pero las previsiones no son buenas, y distintas fuentes municipales admiten que es muy difícil que el San Juan se parezca al de otros años. Aunque faltan más de dos meses para el 23 de junio, consideran improbable que para entonces se vuelvan a permitir aglomeraciones de gente sin ningún tipo de limitación.
Es posible que el coronavirus haya remitido por entonces, pero las autoridades sanitarias ya han advertido de la posibilidad de que se produzcan nuevas oleadas, y si una de ellas coincide en otoño con la entrada de la gripe estacional la situación asistencial podría volver a complicarse.
La necesidad de combatir la actual oleada y prevenir futuras embestidas condicionará el verano, porque no solo el San Juan pende de un hilo, también corren riesgo la Tall Ships Race, el festival gastronómico SAL, el concierto del Xacobeo en Riazor, el Noroeste y las fiestas de agosto, entre otras citas multitudinarias.
En una ciudad que ha centrado su actividad económica en la hostelería y el turismo, la posible cancelación de esas celebraciones amenaza con agravar la compleja situación económica que se augura después del parón obligado por el estado de alarma.
Grandes veleros y Riazor
Junto con la noche de las hogueras, la regata de grandes veleros y el concierto en Riazor son las otras dos grandes citas que corren más riesgo. La organización de la Tall Ships todavía no ha decidido qué se hará con la competición de este año, pero varias tripulaciones de distintos países ya han anunciado su retirada. La regata, al igual que otras competiciones internacionales, como los Juegos Olímpicos de Tokio, que pueden verse afectadas por los riesgos sanitarios y los cierres de fronteras, quedará casi con seguridad para el próximo verano.
Incluso más incierto es el porvenir del concierto del Xacobeo en Riazor, que casi se da por descartado. La presencia de un grupo internacional se antoja muy complicada y, si el confinamiento se aligerase, el estadio estaría ocupado casi con total seguridad por la competición liguera, que podría reanudarse en cerrado.
Las fiestas de julio y agosto tienen más posibilidades de salvarse, pero el gobierno local ya está trabajando en una reforma de los programas, por si fuese necesario cambiar el formato para evitar o minimizar las aglomeraciones. Pero incluso si el problema sanitario remite, el organizativo perdurará. Contratar ahora es muy complicado y supone asumir el riesgo de que el confinamiento continúe y haya que anular los conciertos, con la consiguiente pérdida de dinero. Contratar en pleno verano, suponiendo que se permitan conciertos, supondrá competir con otras muchas ciudades en poco tiempo, lo que incrementará los precios. En esas circunstancias, los grupos locales pueden ser la gran alternativa.
Los ciudadanos, comprensivos
En el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz, se analizó el futuro del San Juan este año. Casi todos los oyentes se mostraron comprensivos ante la posible cancelación. Ana María Campo afirmó que «es lo que menos me preocupa. Este año pasará a la historia. A los que luchamos para vencer este virus nos tocará después defender y luchar por nuestros trabajos». Elías Suárez planteó que «hay muchas formas de celebrar el San Juan sin ir a la playa al montón». Rosi Sarmiento destacó que «sería una irresponsabilidad» celebrarlo. Lorena Vázquez insistió en que «no pasa nada. Para el año que viene lo vamos a apreciar más. ¡Ahora hay que salir de esta todos juntos!».