
«Las familias han sido ejemplares en medio de un silencio absoluto que hacía todavía más grande la tristeza», resalta el presidente de la federacion gallega del sector
11 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.«Al final del camino siempre estamos con usted». Ese es el singular reclamo publicitario elegido años atrás por una funeraria y lo cierto es que se le puede presumir una vigencia vitalicia. Sin embargo, la manera de estar y acompañar sí ha cambiado desde mediados de marzo, y a partir de este lunes entran en vigor algunos cambios en la desescalada que alivian el trance de la última despedida. Reabren los tanatorios, vuelven los velatorios, y en las exequias podrán coincidir un máximo de diez personas en espacios cerrados y quince en abiertos, siempre respetando el distanciamiento social de los dos metros.
José Becerra es presidente de la Federación Gallega de Servicios Fúnebres, entidad que agrupa a 280 empresarios del sector repartidos por las cuatro provincias gallegas. Hasta ahora, en los entierros solo estaba permitida la presencia de tres acompañantes y esa es una escena que se le quedará grabada para siempre, no tanto por los trazos de la imagen cuanto por el desgarro de tanta soledad: «Las familias han sido ejemplares en momentos durísimos, en medio de un silencio absoluto que hacía todavía más grande la tristeza, si cabe. Se les explicaban los motivos y se mostraban muy receptivas, a pesar del dolor. En muchos casos, al no poder haber velatorio optaron por agilizar al máximo el entierro. Aunque no es todavía mucho, al menos ahora estarán algo más acompañadas en el duelo.».
A partir de hoy los tanatorios ya pueden reanudar su actividad. Y Becerra subraya que las empresas están preparadas para hacer frente a todas las exigencias de la fase uno. Además, facilitarán mascarillas, geles desinfectantes y guantes a quienes acudan a los velatorios y no vayan provistos de estas medidas de protección.
Los habitualmente circunspectos empleados de pompas fúnebres ya las han añadido a su indumentaria y estarán pendientes de que se cumplan las restricciones de la fase uno. Solo está permitido un máximo de diez personas por túmulo e incidirán para que se mantenga la distancia de seguridad en todo momento y para evitar la formación de corrillos en zonas de paso.
Desinfección de instalaciones
Después de cada servicio las funerarias deberán proceder a una limpieza a fondo de las salas y de los coches fúnebres. La mayoría han incorporado máquinas de ozono para estos procesos, especialmente útiles en el caso de los automóviles.
Para el sector empieza una vuelta gradual a una situación que todavía está muy lejos de lo que era hasta que el covid-19 empezó a hacer estragos en todos los frentes. Y estas primeras medidas también suponen un alivio en la vertiente económica, tal y como indica José Becerra: «La actividad no se detuvo, si bien se resintió, sobre todo en el tema de las flores. El hecho de que se puedan oficiar misas y funerales, y de que reabran los tanatorios, es ya un paso importante. Y que conste que entendemos que había que tomar medidas».
En el caso de las celebraciones litúrgicas, las restricciones en la afluencia se remiten a un tercio del aforo de los templos. Y los asistentes también deben cumplir con la obligación de usar mascarillas.