Las compras vuelven al pequeño comercio aunque a bajo ritmo

david garcía A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

ANGEL MANSO

Los clientes llegan con la foto en el móvil del producto deseado

12 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El comercio de la ciudad afrontó ayer la entrada en la fase 1 con poca actividad como tónica general a pesar de que los pequeños negocios ya podían atender sin cita previa, aunque con restricciones en el aforo (al 30 %).

La mayoría de los comercios que reabrieron apenas tuvieron clientela, aunque en alguno hubo más gente de la que esperaban, pero su caso no fue el predominante. «Parece que la gente se anima, pensé que no iba a venir nadie, así que está bien dentro de lo que cabe», explica Nieves Vilela, de la librería Santos Ochoa.

Como en todos los negocios, en este también eran visibles las medidas de protección e higiene tanto para el personal como para los clientes, que acudían a este establecimiento con diferentes intereses. «Algunos vienen a mirar, pero otros ya saben lo que quieren e incluso te traen la foto en el móvil», indica Nieves. Por ejemplo, Beatriz Alfonso visitó esta librería para renovar los libros para sus hijos: «Venía a por unos que encargué por Internet porque los que había en casa ya se acabaron».

Otro establecimiento en el que hubo cierto movimiento fue en La Zapatillera. «Las zapatillas se gastan mucho al estar tanto en casa», explica Emma Paz. En este negocio tuvieron «bastante afluencia» en su primer día abiertos al público, algo que califican como «buena noticia». Un cliente les visitó en busca de unas zapatillas de estar por casa porque las anteriores «las tenía destrozadas» y con el cierre del comercio no pudo ir «a por unas nuevas».

A pesar de que el número de clientes fue dispar entre el pequeño comercio, la mayoría coinciden en que el futuro se presenta complicado. «La campaña ya está perdida porque la temporada la empezamos en el mes de marzo», destaca Sandra Fernández, de Calzados Yolanda. Además de medidas de distanciamiento e higiene, y ante la previsión de que el número de clientes sea bajo, incorporaron otras modificaciones como abrir con horario partido. «La gente viene concienciada, más que cuando va por la calle, pero todavía hay miedo», explica Sandra, quien desea que en algún momento «se vuelva a la normalidad».