La expareja ha estado rodeada de un pequeño grupo de familiares y amigos entre los que estaba la novia del joven, Carolina Monje
17 may 2020 . Actualizado a las 00:52 h.Vestidos de riguroso luto, con mascarilla, cabizbajos y del brazo, así han llegado al cementerio de La Paz, en Alcobendas, Ana Obregón y Alessandro Lequio para enterrar a su hijo Álex Lequio, que murió el pasado miércoles a causa de un cáncer en Barcelona. Allí se había trasladado hace unos dos meses para probar un nuevo tratamiento que pudiese frenar el sarcoma de Ewing que sufría, y que finamente no pudo superar y acabó con su vida a los 27 años. Y también muy solos, ya que las restricciones por la crisis sanitaria del coronavirus han impedido que muchos familiares y amigos no pudiesen acercarse a darle el último adiós al joven ni una palabra de aliento a sus más allegados. En las inmediaciones del cementerio se ha podido ver, según la revista ¡Hola! a María Palacios, la mujer de Alessandro Lequio, las hermanas de Ana Obregón, Celia y Amalia, la novia del joven, Carolina Monje; y su prima Celia Vega-Pinochet, a la que estaba muy unido y dedicó la última publicación en su Instagram. También a Nacho Fernández-Ansorena, socio de su empresa Polar Marketing.
Ni la larga familia Obregón, aún viven los padres de Ana Obregón, de avanzada edad, junto a sus otros hermanos y sobrinos, ni infinidad de amigos de la actriz, ni el hermano de Álex, Clemente Lequio (hijo de Antonia Dell'Atte, ni tampoco las amistades de su padres ni los del propio joven han podido acudir a despedirlo, como ha ocurrido con todos los fallecidos en los últimos dos meses desde que se decretó el estado de alarma.
En el entierro, restingido únicamene a tres personas, solo han estado Ana Obregón, Alessandro Lequio y Carolina Monje, novia de Álex Lequio, según ¡Hola!.
La familia tendrá que esperar a que la situación se normalice para un funeral que se prevé multitudinario para decir adiós a Álex Lequio. Ana Obregón y Alessandro Lequio deberán iniciar ahora su propio duelo tras dos años en los que siempre mantuvieron la discreción, la confianza y el optimismo en que su hijo saldría adelante, intentando siempre no hacer «drama del drama», como explicaban en una entrevista.
La carismática actriz y presentadora Ana Obregón, de 65 años, ha recibido durante todos estos días oleadas de cariño de muchos anónimos, conmovidos por la pérdida de su único hijo. «Se apagó mi vida», escribía en Instagram horas después de conocerse la muerte del joven, junto a una foto de ambos muy sonrientes.
Por su parte, Alessandro Lequio, ha usado en los últimos días una camiseta azul de su hijo, en una especie de homenaje al joven. También él se despedía de él a través de Twitter con un mensaje en inglés: «Ok, Alex tiene esto ... Te sacaré del bosque, pero mientras tanto recuerda que eres y siempre serás mi luz y mi centro. Hasta el último bullit. Es el mayor honor ser tu padre. Dios te bendiga Àlex».
Horas antes de que muriese el colaborador de El programa de Ana Rosa colgaba un texto sobre la muerte de Steve Jobs. «Tengo el dinero para contratar al mejor en la tarea que sea, pero no es posible contratar a alguien para que cargue mi enfermedad. El dinero puede conseguir todo tipo de cosas materiales, pero hay una cosa que no puede comprar: LA VIDA», escribía.
También especialmente emotiva era la de Clemente Lequio, con el que Álex apenas tuvo relación durante su infancia. «Algún día nos volveremos a ver y podremos disfrutar de todo el tiempo perdido y mal gastado», escribía junto a varias fotos juntos.
«Pocos momentos juntos, pero buenos, privados y sin compartir hasta ahora», resumía el hijo de Antonia Dell'Atte.
««Nunca había sentido tanto dolor. Nunca jamás habrá nadie como tú. Nunca he visto a alguien luchar tanto por vivir. Mi hermanito pequeño, mi alma gemela, mi cómplice y mi socio. Es raro, te acabas de ir pero siento tu energía conmigo como si estuvieras sentado a mi lado como todos esos viernes en tu casa», escribía Celia Celia G. Vega-Penichet, su prima a la que consideraba su hermana.
Precisamente Álex Lequio escogió una imagen de niño junto a ella para la que se convirtió en su última publicación en Instagram. «On and on, through eternity, we will shine together #fight #fight #fight», escribía.
La carta de despedida de la novia de Álex
Álex Lequio tenía una novia cuando cayó enfermo, pero esa relación se rompió a los pocos meses. Desde hace casi dos años salía con Carolina Monje, que estuvo junto a él en Barcelona en sus últimos días de vida. Muy afectada por el triste final del joven, le escribía una carta en Instagram que finalmente retiró, pero que recogió Chance. «Mi niño bonito, mi bebé de bebé, mi amor, mi luz, mi Puchum, mi TODO. Para mí siempre habrás ganado la batalla al más fuerte y al más luchador», comenzaba la diseñadora. «Nos has dado una lección de vida a todos los que te rodeábamos, por todo lo que derrochabas; fuerza, felicidad, amor, sentido del humor, carisma, inteligencia, sabiduría, saber estar, amigo de tus amigos y lo mejor de todo, es que eres y serás el mejor novio que nadie podría desear. Gracias de todo corazón por estos casi dos años contigo, los mejores años de mi vida. Doy millones de gracias a la vida y a ti por haberme brindado la oportunidad de conocerte y compartir cada instante desde entonces. Nuestros amaneceres en Vivood, los paseos en Santorini, los baños helados en Laponia y nuestros atardeceres en Es Vedra. Tengo tantísimos recuerdos juntos y todos me hacen llorar de risa o de felicidad. Nuestra manera de hablar como niños pequeños, de cuidarnos, de querernos, de amarnos incondicionalmente y apoyarnos en todo», recordaba.
Sarcoma de Ewing, un cáncer raro
Del tipo de cáncer que sufría Álex Lequio no se ha hablado hasta el momento de su muerte. Le puso nombre Laura Fa en Sálvame: sarcoma de Ewing. Y es un cáncer raro, según explica en la web de la Asociación Española Contra el Cáncer. Nomalmente afecta a niños y jóvenes y se diagnostica antes de los 20 años. Álex Lequio tenía 25 cuando supo que lo padecía, tras acudir al hospital con un fuerte dolor de espalda que le impedía dormir. Los sarcomas óseos son poco frecuentes (la hija menor de Luis Enrique falleció hace casi un años de uno) y su incidencia es de menos de 3 casos por un millón de habitantes y lo sufren más lo hombres.
Dos años de optimismo y fortaleza
En marzo del años 2018 la revista Diez Minutos publicaba unas fotografías de Álex Lequio, junto a su novia de entonces, su madre y su padre entrando en un hospital de Nueva York especializado en el tratamiento de cáncer, el Memorial Sloan Kettering Cancer Center. Durante meses, lo que le sucedía a Álex Lequio estuvo rodeado de un gran secretismo. «No voy a hablar. Lo estamos llevando todo en silencio», declaraba en aquel momento el joven a El Español. Dicen que la publicación de esas imágenes sentó mal a Alessandro Lequio, que junto a Ana Obregón siempre ha estado en el disparadero mediático. Ella fue quien instauró durante años un famoso posado veraniego con trajes de baño de los más vistosos, pero también consiguió en los tribunales proteger la imagen de los menores en la prensa del corazón.
Fue en un acto en el que en un principio se habló de que Álex Lequio podría asistir, ya que lo organizaba su empresa, cuando su padre, Alessandro Lequio, puso nombre a la enfermedad que sufría y explicaba además los motivos por los que habían tomado la decisión de que se tratase de la enfermedad en Estados Unidos. «Por su edad, hemos preferido que esté en las mejores manos y las mejores manos encima son las de un español, Josep Baselga. Y es algo que debería llenarnos a todos de orgullo», aseguraba. «El cáncer es un tratamiento largo y penoso en el que no hay novedades ni evolución hasta que todo termina. Es una enfermedad larga y dura», terminaba.
Finalizaban así meses de total hermetismo entorno a la salud del joven, que en octubre del 2018 reaparecía en público muy animado y optimista. «Muchas gracias por venir. Estoy muy agradecido por todo el apoyo. Y nada... ánimo a todos los luchadores. Gracias de corazón», aseguraba. «No hay que dramatizar», declaraba en una entrevista en la revista ¡Hola! hace unos meses. «El cáncer no es sinónimo de fatalismo y muerte, sino al revés: es sinónimo de vida», añadía. Incluso bromeaba con su cambio físico: «A mí, mirarme al espejo y parecer un reptil me hace gracia. Pero entiendo que haya gente que igual ese cambio físico le pueda impactar».
También su madre, Ana Obregón, que lo dejó todo para acompañar a su hijo en tan duro momento, habló abiertamente de cómo afrontaron la enfermedad, de un cáncer cuyo pronóstico nunca fue bueno, pese a que no perdieron la esperanza. «Cuando el médico me dice "su hijo tiene un tumor", es como si se hubiera bajado de repente el telón de mi vida», explicaba en ¡Hola!. «Me pasé toda la noche llorando sentada al lado de mi hijo dormido», aseguraba. Y tres días después se confirmaba el fatal diagnóstico: «Era maligno y, además, de un tipo del que había muy pocos casos en el mundo. Desde ese momento supe que yo ya no podía desmoronarme». La bióloga y presentadora fue muy clara en cómo habían afrontado la enfermedad: «Mi hijo llegó a preguntarme si se iba a morir», confesaba en Volverte a ver, el programa que presenta Carlos Sobera en Telecinco.
El pasado mes de diciembre Álex Lequio sufrió una recaída y se vio obligado a cancelar un acto solidario organizado por una marca española de zapatillas en colaboración con la Fundación Caíco. Desde entonces, a pesar de que él mismo y su entorno mantenía la esperanza, su salud no dejó de deteriorarse hasta que moría el 13 de mayo.