En los primeros cuatro meses del 2020 ya se ha registrado un calor histórico en muchas zonas del planeta. El invierno no ha existido en todo el continente asiático. Y los científicos advierten sobre lo que todavía está por llegar
20 may 2020 . Actualizado a las 19:59 h.Es seguro que el 2020 será recordado por la primera pandemia global de la historia. Pero el clima no quiere ser menos. El año empezó con un calentamiento súbito de la estratosfera en el Polo Sur y un agujero de ozono en el extremo norte. Es decir, el mundo al revés. En la Antártida se registró también la temperatura más alta desde que existen mediciones, 18,1, grados y se documentó por primera vez una ola de calor.
Mientras, en el hemisferio norte, durante el primer cuatrimestre, se registró el invierno más cálido en Europa como consecuencia de la configuración del vórtice polar, responsable de la destrucción del ozono en la alta estratosfera. Pero las cifras en el continente europeo se quedan pequeñas en comparación con el dato que acaba de dar a conocer el Instituto de la Tierra de Berkeley (Estados Unidos) sobre la temperatura media en Asia desde enero hasta abril. La anomalía térmica positiva (valores por encima de la media) ha alcanzado los seis grados, una barbaridad. En Moscú la anomalía incluso ha llegado hasta los ocho grados, la más elevada que se ha medido en la historia en cualquier parte del mundo.
Los rusos ya se refieren al 2020 como «el año sin invierno», una estación que es famosa por su crudeza. El gobierno de Putin teme ahora que las altas temperaturas se mantengan durante lo que resta de primavera y en el verano y que se intensifique el calentamiento del permafrost, que está generando enormes daños en el país. En algunas ciudades el suelo se está viniendo abajo literalmente. La situación actual también está adelantando la temporada de deshielo en el Círculo Polar Ártico, que a este ritmo podría batir un nuevo récord, superando la anterior marca del 2012.
Mayo comenzó además con varias advertencias. Los científicos señalan que la temperatura del agua en el Atlántico en estos momentos ya alcanza valores mucho más altos de lo esperado. Algunas instituciones y universidades apuntan a que la próxima temporada ciclónica podría ser especialmente activa. La formación de la tormenta tropical Arthur, que se ha formado varias semanas antes de que comience oficialmente la época de huracanes, puede ser una evidencia clara. En este contexto, la probabilidad de que alguno pueda desviarse y afectar a Europa aumenta de forma notable.
Todos los registros que se están produciendo hasta ahora podrían conducir al 2020 al liderato de los años más cálidos de la historia. Y dada las anomalías de los últimos meses, el valor medio global no solo sería inédito a finales de año, sino que podría ser especialmente elevado. Llama la atención, además, que todos estos récords se sucedan sin ningún tipo evento atmosférico influyendo, como El Niño. Curiosamente el pasado año la revista Nature Communications publicaba un artículo en el que sostenía, en base al modelo estadístico Procast, que en los próximos cuatro o cinco años podría elevarse 1,5 grados la temperatura media global por el efecto de la propia variabilidad del clima, y ponía como ejemplo El Niño. De momento, sin necesidad del fenómeno oceánico, la temperatura mantiene una clara tendencia al alza y amenaza con llegar hasta límites que no debería alcanzar tan pronto.