«Cariño, vas a poder»: cómo lograr que tus hijos se pongan la mascarilla y cuál elegir

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA

SOCIEDAD

Dos niños con mascarillas infantiles decoradas en Pontevedra
Dos niños con mascarillas infantiles decoradas en Pontevedra CAPOTILLO

No hay recetas mágicas para que los pequeños se acostumbren a llevar los protectores. Pero los profesionales sí dan algunos consejos para entrenar sus hábitos

21 may 2020 . Actualizado a las 08:06 h.

El día que el confinamiento al fin se relajó y los niños pudieron salir por primera vez a la calle, aquel mágico domingo 26 de abril, en todas o la mayoría de las casas estaba preparado un arsenal de mascarillas infantiles para que los pequeños se las pusiesen en su paseo. Había protectores de Frozen, de Superman, de monstruos o de princesas.... Sin embargo, y como entonces no era obligatorio su uso ni para niños ni para mayores, fueron pocos los pequeños que acabaron paseando con el protector puesto. Buena parte de los críos probaron con ansia la novedad, aguantaron durante un rato con la mascarilla y luego se despidieron de ella. 

«Si me tengo que poner eso, no quiero salir», dijo Lola, una niña de siete años de Vilagarcía, tras aquel primer paseo. Y, seguramente, esas u otras palabras parecidas se oyeron en más casas. Muchos padres, guiados por el hecho de que no se obligaba a llevar mascarilla y dado que salían a pasear al aire libre y no permanecían en recintos cerrados, dejaron ya de insistir con los protectores. Y en los paseos infantiles no era demasiado habitual hasta ahora ver a los pequeños con las mascarillas puestas. 

Pero las cosas han cambiado. Y a partir de ahora será obligatorio que los mayores de seis años llevan mascarilla en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público, siempre que no sea posible mantener una distancia de seguridad interpersonal de al menos dos metros. Por tanto, ya no se puede ceder y los críos tienen que ponerse sí o sí los protectores. ¿Cómo encarar esta fase? Los profesionales se sinceran y señalan que no hay ninguna receta mágica ni para elegir la mascarilla ni para convencer a los críos de que las lleven. Pero sí dan consejos al respecto, conscientes de las dudas que asaltan a muchas familias. 

El pediatra Alfonso Amado, que reconoce que atiende numerosas dudas de los padres con respecto a las mascarillas, tira de optimismo y señala: «Estoy convencido de que no va a haber ningún problema para que los niños lleven las mascarillas. Los pequeños siempre nos sorprenden gratamente y, al igual que entendieron que se tenían que quedar en casa, ahora lo van a hacer bien con las mascarillas. Eso sí, tenemos que entrenar sus hábitos y enseñarles qué es lo que deben hacer, darles toda la información en casa, antes de salir».

Para empezar, Alfonso Amado habla de las edades. Señala que, aunque solo será obligatorio que lleven mascarilla los niños a partir de seis años, la recomendación es que ya la usen los de tres en adelante. «Recomiendo que la lleven desde los tres años. Con uno o dos años no se recomienda, sobre todo, porque es bueno tener vigilada su boca y su nariz por el tema de los atragantamientos. Pero a partir de tres no va a haber ningún problema», dice. 

¿Qué mascarilla escoger? En la disposición publicada el BOE, que entra en vigor mañana, jueves 21 de mayo, se indica que deben usarse mascarillas «preferentemente higiénicas o quirúrgicas». Además, la Asociación Española de Normalización (UNE) elaboró una guía sobre las mascarillas para niños y adultos. 

El pediatra Alfonso Amado señala lo siguiente: «En el caso de los niños, pueden usarse, por un lado, las mascarillas higiénicas o quirúrgicas. La principal ventaja es que protegen muy bien a los demás y el principal inconveniente es que son desechables. En una familia con dos hijos, habría que usar treinta al mes. Y quizás no todas las familias puedan asumir ese gasto. Habrá que evaluar la situación», dice. La otra opción serían las textiles. En este caso, indica: «No son las de mayor protección pero, ahora mismo, con una baja circulación del virus, se pueden usar. La principal ventaja es que se pueden lavar cumpliendo una serie de requisitos, como hacerlo a más de sesenta grados en la lavadora. También es una ventaja el hecho de que, al ser textiles, pueden ir decoradas y a los niños les gustan más. Es cierto que de las desechables también hay algunas con dibujos, pero suele ser más complicado encontrarlas», sostiene. 

¿Merecen la pena esos apaños caseros para hacer más eficaces las mascarillas textiles de los niños, como ponerles filtros con gasas o incluso de las cafeteras o las aspiradoras? El pediatra Alfonso Amado cree que no: «Es muy difícil para los médicos evaluar la eficacia de esas soluciones tipo MacGyver. Es mejor llevar la mascarilla y punto. Al final, vamos a hacer que los niños respiren peor y esos filtros acaban siendo contraproducentes».

Amado le da más importancia a entrenar a los niños a la hora de poner y quitar la mascarilla o a cómo comportarse con ella que a la elección del protector. Para empezar, insiste en que hay que decirles que antes y después de usar la mascarilla deben lavarse las manos. Igualmente, los críos deben saber que no es bueno que se la quiten durante el paseo. Si lo hacen, para beber o para comer algo, que sea después de lavarse las manos, desde atrás hacia adelante y, si la posan, que lo hagan con la parte de fuera hacia abajo. «Todos estos hábitos se entrenan, y si lo hacemos los niños van a responder muy bien», indica. 

Desde Pontevedra, Ana Couto, pedagoga y coach familiar, habla tanto desde su vertiente profesional como desde su condición de madre de tres niños. ¿Será fácil que los pequeños se pongan las mascarillas? «Puede que protesten porque les molesta, sobre todo en las orejas. Pero nosotros podemos ayudarles para que las lleven con más ganas», dice. Su primer consejo es que intentemos que puedan tener un mínimo control sobre la situación. Por ejemplo, si vamos a comprar una mascarilla textil, que sean ellos los que elijan el diseño: «Siempre les gusta tener algo bajo control. Y ya que no pueden decidir ellos si se ponen la mascarilla o no, porque es obligatorio, al menos que puedan decidir el diseño. Es como con las tareas del colegio. Las tienen que hacer, claro que sí, pero a veces se puede negociar el horario o incluso la mesa de casa que les gusta más para realizarlas, es una negociación», dice.

Una vez en la calle y con la mascarilla puesta, Couto insiste que deben proliferar los mensajes positivos de los progenitores pese a que empiecen a escucharse quejas de los pequeños porque les resulta incómodo el protector. «No debemos enfadarnos, porque a nosotros también nos cuesta llevar puesta la mascarilla. Un "cariño, vas a poder" vale mucho. Tenemos que valorar positivamente el tiempo que aguanten con ellas, decirles que lo están haciendo muy bien», señala.

Igualmente, y si durante las primeras salidas con las mascarillas infantiles los niños se quejan, recomienda acortar los paseos. «No hay recetas mágicas, pero quizás es mejor estar solo veinte minutos, que pasarte una hora con pataleta incluida. Es mejor hacer un paseo cortito y al llegar poder decirle: "fuiste un valiente, aguantaste veinte minutos sin quitarte la mascarilla, mañana seguro que estamos más". Tenemos que animarles e intentar tener mucha paciencia», remacha.