Fernando Ares: «Llevé varios días a diálisis a un señor, ojalá esté bien»
SOCIEDAD
«Fueron tres semanas hasta que el hombre dio positivo en covid, pasé 14 días aislado y luego el ERTE, y no supe de él», afirma este conductor de autobús
07 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Los primeros días del confinamiento, Fernando Ares siguió trabajando con relativa normalidad como conductor de la empresa de transporte A Garabanxa, que tiene varios servicios de colegios y líneas regulares, pero tras el cierre del centros educativos y el confinamiento casi total de las personas, su ruta Santiago-Sigüeiro dejo de operar. A partir de este momento, Fernando se convirtió en el conductor de un servicio especial. Tres días a la semana recogía a un señor de la residencia Porta do Camiño, que «nos contrató para que lo lleváramos al Hospital La Esperanza para someterse a diálisis, porque temía contagiarse en las ambulancias», explica. «Fueron tres semanas, y le cogí aprecio. No tenía piernas, y los riñones dañados, y mucho miedo a enfermar del covid», recuerda. La última semana, a mediados de abril, «lo recogí un miércoles, como siempre, pero no salió hasta pasadas las once de la noche. Tenía fiebre». A partir de ese momento, «me temí lo peor, y así fue. Se había contagiado, pero no podía ser en el microbús. Yo pasé 14 días de aislamiento, y sin síntomas». Aunque su médico tramitó las pruebas, «nunca me llamaron».
Tras finalizar aquel servicio especial y superar la cuarentena, Fernando pasó el 1 de mayo al ERTE de la empresa, «del que aún no he cobrado nada y se dice que aún tengo que esperar hasta el 10 de julio», apunta. Ahora que empieza a verse el final de la pesadilla, Fernando siente curiosidad por el estado de su compañero de viaje. «Fue mucho tiempo, y ojalá esté bien. Me gustaría volver a verlo y comprobar que superó el covid. A mí no me contagió, o eso creo. Estoy bien».
Aunque se trató de un transporte especial, Fernando asegura que «nunca sentí miedo a un contagio. Llevaba todas las medidas indicadas: guantes, mascarilla y gel. Todo limpio y más limpio». Pese a que algunas personas le dicen que se puso en riesgo al realizar ese trabajo, Fernando resta importancia a su labor, e insiste en que «tenía que hacerlo. Creo que no tuve miedo porque no paré en los peores días. Sé de compañeros que prefirieron irse a casa, por sus familias o por ellos, pero yo estoy deseando volver al volante».
Estos días, con los ahorros agotados, espera que el pago del ERTE se adelante, y mientras tanto recibe la ayuda de sus padres y de su hermana, pero «nunca pedí ayuda a los servicios sociales para comer, y si puedo evitarlo, lo evitaré».