El artista y su mujer no se ponen de acuerdo en el reparto de bienes: él asegura que no le corresponde nada y ella pide que se bloqueen las cuentas en común para que no «dilapide» su fortuna y 40.000 de pensión al mes
15 jul 2020 . Actualizado a las 13:46 h.Hace un año estallaba la noticia: Alejandro Sanz y su mujer, Raquel Perera se separaban tras doce años juntos y dos hijos en común. Su ruptura era un secreto a voces desde que ella acudió sola a la boda de Sergio Ramos y Pilar Rubio. Lo comunicaron de manera cordial y dejando claro que siempre iban a ser una familia, pese a que la razón del fin de la relación habría sido la irrupción en la vida del cantante de su nueva pareja, Rachel Valdés. «Un amor puro y comprometido. Somos una familia y siempre lo seremos. Decidimos amarnos para siempre y así será. Lo eterno tiene la complejidad y la ventaja de transformar las maneras de amarse en otras direcciones, sin destruir el cariño, la lealtad y la responsabilidad conjunta sobre nuestros hijos. Nuestra familia está por encima de cualquier cosa...es diversa y bella, como la vida y así permanecerá. El mundo cambia, nosotros también, siempre amorosamente. Gracias por respetarlo», rezaba su comunicado conjunto, junto a una imagen de ellos dos junto a sus hijos.
Pero un año más tarde de ese anuncio la relación es del todo menos cordial y la expareja ha iniciado una guerra abierta en los juzgados que no parece que vaya a solucionarse ni pronto ni fácilmente. Raquel Perera interpuso una demanda de divorcio en Miami, donde reside junto a su hijos, en la que le pide a Alejandro Sanz 40.000 euros al mes, correr con los gastos de manutención de sus dos hijos, Dylan y Alma y el reparto a partes iguales de los bienes que adquirieron durante su matrimonio, según Abc. Raquel Perera sería perfectamente conocedora de la fortuna del cantante, ya que durante todos estos años fue su representante.
El detonante de esta demanda de divorcio, según fuentes cercanas a Perera, sería que Alejandro Sanz habría incumplido el acuerdo verbal al que habrían llegado antes del confinamiento, en el mes de marzo, cuando el cantante y ella se reunieron para dirimir los flecos de su divorcio. Asegura que se despidieron con un abrazo, pero unas semanas después el cantante interpuso una demanda de divorcio en Madrid en la que se contemplaba que a ella no le correspondía nada, según apunta la revista ¡Hola!.
El programa de televisión mexicano Ventaneando ahonda en los detalles de esa demanda que habría interpuesto Raquel Perera, en la que solicita la «revisión de la custodia» de sus dos hijos (que tienen compartida), argumentando que el cantante es «un padre ausente» por su trabajo y que en el último año solo ha visto a sus hijos en cinco ocasiones. Además de los 40.000 euros, también querría que Alejandro Sanz siga corriendo con los gastos de seguros médicos, campamentos de verano y los viajes fuera de Estados Unidos. Además asegura que ella aparcó su carrera profesional para criar a sus hijos y para acompañar en la carrera musical a su marido, por lo que pide el reparto equitativo de todo lo adquirido durante su matrimonio (la pareja pasó por el altar en el año 2012). Según publica Look, Raquel Perera es presidenta, directora, consejera y apoderada de Gazul Producciones sin haber percibido ninguna remuneración. En el 2017, el último año en el que se presentaron cuentas, los beneficios de esta empresa ascendieron a más de 13 millones de euros, con un total activo de 28 millones de euros. Además ella también solicita la congelación de las cuentas que tienen en común para que el artista no «dilapide» su fortuna antes del divorcio.
«El trato» la canción donde Alejandro Sanz habla del fin de su amor
Muchos de sus seguidores aseguran que la emoción con la que Alejandro Sanz cantó en Barcelona hace más de un año su tema El Trato, una canción autobiográfica en la que no pudo contener las lágrimas tiene que ver con el fin de su relación con Raquel Perera. ¿Escribirá ahora un tema sobre su complicado divorcio?. A continuación la letra completa:
El trato era que nos amáramos hasta que desaparecieran los miedos
El trato era que nos acariciáramos hasta que nos limpiáramos el cielo
El trato era que cantáramos aunque el barco se estuviera hundiendo
El trato era que bailáramos mientras que explotaba el universo
El trato era que nos quisiéramos como si fuéramos dos perros
Los dos mojados y hambrientos bajo la lluvia, bajo la lluvia de enero
Durmiendo debajo de un puente enamorado, queriéndonos
El trato era que nos amáramos como si no tuviéramos invierno
Dime cómo era el trato
Dime cómo era el trato
Maldito trato
Que dura un rato
El trato era que nos quisiéramos sin el permiso del cielo
El trato, el trato era que nos amáramos aunque nos mandara al infierno
El trato era que el trato era sagrado y ahora, niña, se ha muerto
Que qué me pasa dice
Que qué me pasa dicen
No podemos llegar al final de la vida en un estado perfecto
Tenemos que llegar al final de nuestros días derrapando y medio muertos
Sucios, cansados, gastados, heridos, doloridos sonriendo
Y cuando nos paremos tú y yo, vida mía, y miremos hacia atrás, mi amor
Digamos los dos juntos
Que el viaje estuvo bueno
Maldito trato
Que dura un rato
El trato era que nos quisiéramos sin el permiso del cielo
El trato, el trato era que nos amáramos aunque nos mandara al infierno
El trato era que el trato era sagrado y eterno y ahora, niña, se ha muerto
Que qué me pasa, dice
Qué me pasa, dice
El trato era que nos miráramos cuando nadie nos pudiera ver
Que nos amáramos tú y yo al amanecer
Y nos perdiéramos en el agua aunque no tuviéramos sed
Y qué me pasa, dicen
¿Qué me pasa?
Qué me pasa, dicen
¿Qué me pasa?