Los peregrinos portugueses tomaron el barco hacia Compostela, después del susto del jueves por el temor a posibles positivos
SOCIEDAD

«Nosotros estábamos tranquilos, nos imaginamos que sería producto del calor de estos días, pero siempre te queda la duda. Respetamos y compartimos el protocolo seguido por el Concello, claro», señalan
18 jul 2020 . Actualizado a las 21:06 h.El jueves por la tarde saltaban todas las alarmas en el albergue municipal de Vilanova al recibir a un grupo de peregrinos procedentes de Portugal que registraban una temperatura elevada. Una vez descartado el riesgo de contagio por covid-19, el grupo formado por quince peregrinos continuaba este sábado su ruta hacia Compostela, y lo hacían cogiendo un barco que, desde Vilanova, río Ulla hasta Pontecesures, cierra la Variante Espiritual del Camino Portugués. El grupo forma parte de los Misioneros Pasionistas, una congregación religiosa que no es la primera vez que hace el camino. Sus integrantes, liderados por el padre Bruno, salieron desde Caminha sin imaginarse que su llegada a O Salnés daría tanto que hablar, pues el rumor de posible un contagio corrió como la pólvora: «Nosotros estábamos tranquilos, nos imaginamos que sería producto del calor de estos días, pero siempre te queda la duda. Respetamos y compartimos el protocolo seguido por el Concello, claro», señala Bruno. Incluso aseguran que «si nos hubiesen tomado la temperatura tras una ducha habría sido distinto».
Ahora todos dicen sentirse «perfectamente» y comentaban que «teníamos la ruta planeada ya antes de la pandemia, así que en cuanto abrieron las fronteras nos pusimos en camino, somos conscientes de los riesgos que podemos correr con esta situación». El Concello actuó rápidamente y el jueves acondicionó la zona de pista del pabellón con colchones para aislar al grupo, a la espera de recibir los resultados de las pruebas. Durante la jornada anterior, los peregrinos estuvieron en el albergue municipal de Pontevedra y, según Tino Lores, presidente de la Asociación de Amigos del Camino, «se les tomó la temperatura a todos antes de entrar en el recinto y ninguno presentaba fiebre. Solamente una señora tenía unas décimas de más, así que se la separó del grupo a una zona donde pudiese refrescarse, pasado un rato se le volvió a tomar la temperatura y todo era correcto».
A pesar de que es el primer caso sospechoso que se registra en el albergue de Pontevedra, Tino Lores asegura que se ha habilitado una espacio donde poder aislar a los peregrinos que presenten algún síntoma de contagio.