La presencia de la «noctiluca» deja estampas que parecen de ciencia ficción
15 ago 2020 . Actualizado a las 17:29 h.Uno de los protagonistas de esta foto está siempre ahí, aunque no se vea con claridad todas las noches ni desde todos los lugares: la Vía Láctea. Bajo ella, en la costa gallega, en el Atlántico, un alga muy especial va a hacer que la estampa quede este noche espectacular. El tercer factor para conseguir esta imagen es Ana García, nuestra compañera fotógrafa que apostada en las playas de Gures, en Cee, y en Boca do Río, en Carnota, ha logrado estas instantáneas que casi parecen de otro planeta. En ellas se mezclan el azul eléctrico del «Mar de Ardora», las luces de la civiliación al fondo, toda una gama de violetas en el cielo despejado y la sombra del que observa semejante espectáculo.
La explicación del fenómeno fotografiado está en la ciencia. La circulación del nordés ha sido persistente este verano y los vientos de componente norte permiten que las aguas de las Rías gallegas se renueven constantemente. Pero en la última semana y media también han soplado vientos del sur y del oeste, que han hecho visible un fenómeno natural que se desarrolla entre julio y septiembre en el litoral gallego: una marea anaranjada que genera un organismo marino llamado «Noctiluca». «Se trata de una microalga que no realiza fotosíntesis y que tiene gran tamaño ya que se puede ver a simple vista. Se alimenta de fitoplancton y zooplancton. Cuando hay calor y productividad en el mar prolifera hasta teñir el agua», explica Francisco Rodríguez, investigador del Instituto Oceanográfico Español, con sede en Vigo.
Durante la última semana la concentración de este dinoflagelado ha sido especialmente intensa en algunas localidades de la provincia de Pontevedra como Cangas y Sanxenxo. El miércoles, la marea anaranjada fue muy densa en varios puntos de Vigo, como en la zona de Toralla. «En otras regiones del mundo se presenta con colores rosáceos e incluso verdes, por las microalgas verdes que viven en su interior. Su presencia no representa ninguna amenaza para la salud pública, aunque en algún caso se ha descrito una cierta sensación de picor leve en la piel asociado a la liberación de amonio en el agua durante sus proliferaciones», destaca Rodríguez.
Bioluminiscencia
«Noctiluca» colorea el mar durante el día y lo ilumina por la noche. Una de las características propias de este microorganismo y que comparte con otros dinoflagelados es su capacidad para producir bioluminiscencia. «La vibración activa en las células impulsos eléctricos que provocan una disminución del pH en los centellones (orgánulos celulares esféricos) que activa la luciferasa y libera la luciferina. Esta última semana la luminiscencia ha sido muy intensa dado que las células no se dispersaron demasiado y podía verse todavía el agua coloreada durante el anochecer», sostiene el investigador. La ciencia desconoce por qué este microorganismo emite este tipo de impulsos eléctricos. Una de las hipótesis que se maneja sostiene que lo hace para defenderse de sus depredadores. «Cuando emiten los destellos asustan a sus presas y al mismo tiempo la luz hace visible a depredadores de mayor tamaño», comenta Rodríguez.
Este fenómeno, como las olas solitarias, fue considerado durante siglos una invención de los marineros que llegaban a los puertos y contaban increíbles historias de un «mar en llamas». La mención del fenómeno en la obra 20.000 leguas de viaje submarino de Julio Verne ayudó a popularizar el mito. En el año 2005 un satélite de la NASA observó el evento sobre una amplia zona en las aguas del Índico, confirmando su existencia.
«Mar de Ardora»
Las nubes que cubren estos días parte del cielo gallego impiden observar las Perseidas o lágrimas de San Lorenzo. Así que a falta de lluvia de estrellas algunos optaron por salir a observar el fenómeno bioluminiscente conocido en Galicia como «mar de ardora». «Tamén recibe o nome de Augas de San Telmo, porque adoita coincidir precisamente coas lágrimas de San Lorenzo», explica Gerardo Fernández, que trabaja como guía en la empresa de divulgación ambiental A Senda do Moucho. «Fixemos unha quedada nocturna na praia de Canido. Houbo que agardar ata que fose noite pechada, pero finalmente puidemos ver unha ardora moi intensa e fermosa», confiesa Gerardo.