
Si en una partida de póker a la media hora de juego aún no sabes quien es el tonto que va a perder la partida, el tonto eres tú. Y si todavía no sabes que la actual pandemia va a cambiar usos y costumbres ahora habituales, el tonto sigues siendo tú. Porque besarse, abrazarse o simplemente darse la mano van a dejar de ser expresión de simpatía de amistad. Serán vistos como ocasión para un contagio. La sabiduría popular ya ha sustituido estrechar una mano por conectar codo con codo. Hablar por los codos ha dejado de ser una metáfora.
Los usos del poder
Es propio del poder disponer de un instrumento que consiga que los errores propios los paguen otros. Aquí y ahora el artista se llama Pedro y se apellida Sánchez. Acaba de transferir la lucha contra la pandemia a las comunidades autónomas. Cuando confinarse es ya la única manera de evitar la propagación del virus. Cuando el ministro de sanidad sigue siendo un filósofo desconocido y el ya famoso comité de expertos un organismo fantasma del que se desconoce quienes lo componen. Si los virus pudiesen reírse la covid-19 estaría ahora partiéndose de risa.
Kiosco Alfonso
El último país capaz de crear un universo mítico quizás haya sido USA con el Western. Un género todavía capaz de producir interés y fascinar en un mundo globalizado. Pero los antiguos seguimos añorando a Gary Cooper o a John Wayne. Y no cito a Tom Mix porque no creo que haya alguien que lo recuerde. A Coruña principio de los años cuarenta. En el Kiosko Alfonso había dos salas. En la del bajo la entrada no llegaba a costar una peseta. En el colegio de los Hermanos Maristas los jueves no teníamos clase por la tarde. Pero en el bajo del Kiosco Alfonso, Tom Mix nos enseñaba a ser siempre valientes. Y a como liberar a aquella buena chica rubia que unos malvados habían secuestrado.
El cáncer y Woody Allen
A partir de cierta edad y para cualquier edad las palabras más dulces ya no son solo «te quiero». Son también «es benigno».
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